El Nissan Qashqai fue todo un pionero entre los modelos SUV, al menos en lo que a éxito comercial se refiere, siendo uno de los más vendidos de los últimos 20 años. Lanzado en 2006, conquistó inmediatamente a muchos clientes por su estilo y versatilidad.
El modelo japonés se convirtió rápidamente en uno de los coches más populares en Europa, pero el prototipo que dio origen al coche, de idéntico nombre, se presentó unos años antes, en 2004, con el objetivo de poner a prueba los gustos de los clientes europeos.
Galería: Nissan Qashqai Concept (2004)
El ensayo general antes del lanzamiento
No es casualidad que las líneas del Qashqai Concept fueran diseñadas por el centro Nissan Design Europe, inaugurado en Londres en enero de 2003. Unas instalaciones en las que más de 50 profesionales dieron forma al exterior y al interior de un prototipo que, a la postre, resultaría ser de gran importancia para el fabricante nipón.
El concept en cuestión estaba dirigido a quienes utilizaban el coche tanto en ciudad como para el ocio en su tiempo libre, durante el fin de semana, por lo que el interior se centraba en la practicidad y la comodidad, con puertas traseras de apertura inversa o suicida, y la ausencia de un pilar central B para facilitar el acceso y la salida del vehículo.

Nissan Qashqai Concept (2004)
La tecnología de a bordo consistía en una pantalla multimedia integrada dentro del salpicadero, junto a una instrumentación con relojes analógicos, mientras que el túnel central se prolongaba hasta la parte trasera, dividiendo el habitáculo en dos zonas.
El diseño se inspiró en otros modelos de Nissan como el Micra, el 350Z y el Primera. Las grandes llantas y los imponentes pasos de rueda daban al Qashqai un aspecto robusto, recordando a un todoterreno clásico, pero las superficies curvas estilizaban su forma, dándole un aspecto más urbano.

Interior del Nissan Qashqai Concept
Como ya hemos dicho, en 2006, el prototipo se transformó en un modelo de producción, con el que compartía la disposición general y las proporciones, aunque el aspecto del modelo definitivo fue decididamente menos futurista.
A partir de aquí comenzó la historia del SUV japonés más exitoso, que con el paso de los años ha evolucionado hacia una segunda y una tercera generación, adoptando incluso la electrificación.