Lo hemos dicho antes, pero no nos cansamos de repetir que Bugatti es mucho más que una marca de automóviles, pues supone el privilegio de poseer algunos de los hipercoches tecnológicamente más avanzados del mundo.
Una experiencia y un estilo de vida: Bugatti une a entusiastas de todo el mundo con sus incomparables prestaciones, precio y exclusividad. Y para un coleccionista de modelos de la marca francesa, exponer sus tres coches más especiales en el Chateau Saint Jean, el hogar histórico de la marca, resulta un acontecimiento único.
Bugatti ha emitido un comunicado de prensa en el que detalla una reciente reunión en dicho castillo, en la que un cliente muy destacado llevó su colección cuidadosamente seleccionada de vehículos exclusivos.
Galería: Bugatti: coches de récord
Tres récords de velocidad
Más concretamente, esta colección incluye cada uno de los World Record Cars de la marca: el Veyron 16.4 Super Sport World Record Edition, el Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse World Record Edition y el Chiron Super Sport 300+. Durante su estancia en el castillo, se les unieron otras dos máquinas muy especiales: el Bugatti Veyron Pur Sang y el Divo.
La colección y su propietario fueron recibidos en el castillo por Pierre-Henri Raphanel, antiguo piloto de carreras y piloto de pruebas de Bugatti, que se puso al volante del Veyron 16.4 Super Sport, que batió el récord al alcanzar 431,07 km/h en junio de 2010 en la pista de pruebas de Ehra-Lessien.
Tres años más tarde, el Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse estableció otro récord como el coche descapotable más rápido del mundo, con una velocidad de 408,84 km/h con el techo bajado.
El tercer coche récord de esta colección es el Chiron Super Sport 300+, construido para celebrar el primer coche de producción que puede alcanzar una velocidad de más de 482,8 km/h. Esta última plusmarca se registró con el ganador de las 24 Horas de Le Mans Andy Wallace en el asiento del conductor, quien también visitó el Chateau Saint Jean para reunirse con el cliente.
Conexión con el legado de Bugatti
"Cada vez que vengo a Molsheim, no sólo me siento parte de la familia Bugatti, sino de su historia. Con estos coches reunidos donde cobraron vida por primera vez, sentí una conexión aún más fuerte con el increíble legado de la marca. Mis coches volvieron a casa, pero el equipo me hizo sentir como si yo también hubiera vuelto a casa: es una sensación realmente incomparable", comentó el cliente anónimo.
En cuanto al castillo, fue adquirido por Ettore Bugatti en 1928 y renovado para acoger a invitados, clientes y pilotos de carreras. Sólo unos pocos privilegiados tienen la oportunidad de visitarlo y ninguno de ellos ha podido pasar la noche en sus históricos terrenos.
Fuente: Bugatti