La verdad es que muchas veces hemos soñado con ello: llegar a un garaje, granero o cobertizo, abrir la puerta y encontrar allí un fantástico y raro deportivo clásico abandonado, pero todavía en buen estado y esperando a ser restaurado.
Pues bien, a nosotros nunca nos ha pasado, pero hay a quien sí. Y encima, encontrándose un coche clásico tan especial como un Lamborghini Espada. ¿No te suena de nada? Tranquilo, te ponemos en antecedentes...
Un Lamborghini muy especial, abandonado durante 30 años
Entre 1968 y 1978, Lamborghini solo produjo algo más de 1.200 Espada, que a decir verdad, es bastante poco. Pero esta unidad en cuestión es todavía más rara, ya que tiene el volante a la derecha, y es uno de los únicos 130 producidos por Lamborghini con esta configuración.
¿Otro detalle a destacar de este GT clásico? Pues que la instrumentación muestra tan solo 7.242 kilómetros recorridos a lo largo de su vida, aunque... ¿quién asegura que esa cifra sea real?

Encontrado por Jonny Smith y dado a conocer en el programa 'The Late Brake Show', sabemos que el coche estuvo más de 30 años abandonado en un granero, cerca de Kendal (Inglaterra), aunque nadie sabe por qué acabó cayendo en el olvido.
Lo único que sabemos es que, junto a él, había aparcados otros dos coches: dos Vauxhall (nombre de Opel, en Reino Unido) Calibra y Cavalier, usados como 'antirrobo'. Así, si alguien quería llevarse el 'Lambo', tenía que mover los otros dos vehículos a la fuerza.
En el vídeo que encabeza la noticia, también se puede ver que el Lamborghini estaba escondido bajo unas tablas. Pero a pesar de ello su estado es, en líneas generales, bastante bueno para un coche de su edad, que ha estado parado tanto tiempo... y que ha convivido con los ratones, aunque solo han dañado una pequeña parte del maletero.
Volviendo a la historia del coche, según parece, el propietario original alquiló el granero al dueño de un terreno. Aunque un día, según parece, dejó de pagar el alquiler y nunca volvió para reclamar los coches.
Por su parte, el dueño del cobertizo nunca los tocó, ni trató de arrancarlos o moverlos. Y tras su muerte, hace un par de años, los nuevos propietarios del terreno descubrieron el coche y se pusieron en contacto con el programa.