El estado de California ha anunciado la aprobación de una ley que encabeza los esfuerzos para la transición energética, y que plantea prohibir la venta de automóviles alimentados por motores de combustión a partir del año 2035, a más tardar.

Esta medida, en línea con lo anunciado también por la Unión Europea y otros países (Reino Unido o Israel para 2023, y Noruega para 2025), prohibirá la venta de coches con motores gasolina y diésel, cumpliendo un objetivo marcado por el gobernador demócrata del estado, Gavin Newsom, hace ya dos años. 

Para 2026, California espera que un tercio de las ventas de coches en su territorio sean ya vehículos de cero emisiones, es decir, eléctricos, modelos alimentados por hidrógeno o incluso algunos híbridos. En 2030, deberán ser ya el 66% de las matriculaciones.

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"El calendario es ambicioso pero alcanzable. Para cuando un niño nacido este año tenga edad de ir a la universidad, en California solo se podrán vender vehículos de cero emisiones y un número limitado de híbridos enchufables", han afirmado desde la Junta de Calidad del Aire de California (CARB).

"La rápida aceleración del número de vehículos de cero emisiones en nuestras carreteras y autopistas reducirá drásticamente las emisiones y la contaminación para todos los californianos", comentó Liane Randolph, presidenta de la CARB, en un comunicado.

El organismo también calcula que, para 2037, la norma conllevará una reducción del 25% del 'smog' generado por turismos. Además, entre 2026 y 2040, la nueva normativa evitará, en teoría, 1.290 fallecimientos por enfermedades cardiopulmonares.

Con más de 40 millones de consumidores, California es el mayor mercado de automóviles de Estados Unidos y sus normas repercuten en la fabricación de todo el país. General Motors, por ejemplo, ya había anunciado su intención de dejar de fabricar coches con emisiones contaminantes para 2035.

La medida se ha aprobado justo cuanto el presidente Joe Biden ha firmado un amplio plan de inversión en clima y salud, que incluye un paquete de 370.000 millones de dólares para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2030.