El 1 de abril es día de bromas y chistes en algunos países, pero la policía de la localidad británica de Derby no estaba de guasa cuando compartió esta noticia. 

Nos referimos al accidente de un Ferrari 488 GTB, que se estrelló tras salir del concesionario precisamente el pasado viernes 1 de abril. Según la cuenta de Twitter de la Unidad de Policía de Carreteras de Derbyshire, el conductor del superdeportivo fue a recoger el 488 por la mañana y después de solo 2 millas (3,2 kilómetros), lo estrelló.

Afortunadamente, no se registraron heridos entre las partes implicadas. Como se puede ver en la publicación en las redes sociales, el 488 sufrió graves daños en la parte delantera, aunque el coche no acabó siniestro total. 

 

No estamos del todo seguros de lo que sucedió, ya que el Ferrari 488 GTB aparece aislado en las imágenes, pero si miramos de cerca el vehículo, parece que solo se ha dañado la parte delantera, incluyendo el capó y las zonas que rodean los faros. Es como si el superdeportivo se hubiera metido debajo de algo, como un camión o un todoterreno.

El susto fue de aúpa y, además, los daños económicos no serán bajos, precisamente. El 488 cuesta entre 150.000 y 300.000 libras esterlinas (entre 179.000 y 357.000 euros), dependiendo del kilometraje, así que no fue precisamente una compra barata.

Esperamos que el seguro del propietario lo cubra y que las reparaciones pertinentes dejen el vehículo como nuevo, porque sería muy triste que una joya así se perdiera por un accidente. 

No es la primera vez que vemos que un supercoche se estrella nada más salir del concesionario. Es algo no tan extraño como puede parecer, sobre todo si el conductor no tiene experiencia previa con un vehículo de altas prestaciones.

Dicho esto, seguro que el dueño del Ferrari ha tomado buena lección de la experiencia. A estos coches hay que tomarles la medida poco a poco. No en vano, el 488 GTB desarrolla 670 CV a partir de un bloque 3.9 V8 biturbo, con el que acelera de 0 a 100 km/h en 3,0 segundos.