La verdad es que no sabemos a qué se debe, pero lo cierto es que los cambios en las nomenclaturas de BMW y Audi no han facilitado las cosas. Al contrario, más bien han dificultado averiguar qué motor llevan los coches de ambas marcas alemanas.

La explicación para la firma de los cuatro aros la tienes debajo, en un enlace especial que puedes ver casi al final del texto. En cuanto al fabricante de Múnich, debes saber que ahora sus automóviles vienen con tres números y una letra.

Galería: Prueba BMW X2 2018 xDrive20d Steptronic

Antes, esos números informaban sobre la cilindrada del motor, pero ahora no. Vamos a ponerte un ejemplo para que lo comprendas bien. En el caso del 745e, el 7 pertenece al tipo de vehículo (un Serie 7 en este caso), mientras que el 45 es un intervalo con las diferentes potencias de los motores en kW.

Como el coche está en el rango de entre 290 y 350 kW, toma la denominación 45. Si fuese menos potente, portaría el número 40 u otro más pequeño (35, 30...). Por ejemplo, el BMW 116d tiene un motor con solo 85 kW (116 CV), de ahí que lleve el 16.

Por último, la letra i representa un motor de gasolina, mientras que la d y la e hacen mención a un bloque turbodiésel y a un tren motriz híbrido enchufable, respectivamente. Esta última parte sí está más clara, ¿verdad? 

En cuanto a la denominación sDrive, significa que el coche solo dispone de un eje motriz, que puede ser el delantero o el trasero, según el modelo. En cambio, todos los BMW xDrive disfrutan de tracción 4x4.

Si continuamos, las versiones M Performance, situadas justo por debajo de las M, llevan la M por delante de la designación de la versión (M135i xDrive, por ejemplo), aunque hay excepciones, como los X5 M50i o el Z4 M40i.

También los coches M tienen sus diferencias. Así, los SUV llevan la propia M al final del nombre (X5 M, X6 M...), mientras que las berlinas, los coupés o los descapotables la llevan delante (M2 Coupé, M3...). En fin, un poco lío, pero esperamos que este artículo haya servido para aclararte las cosas.