Sin lugar a dudas, esta será una de las fotos más curiosas e insólitas del año. En ocasiones, algunos fabricantes de coches se gastan auténticas fortunas en subir sus coches a lo más alto de algún rascacielos o alguna montaña famosa, para alguna campaña de comunicación, con la ayuda de un costoso helicóptero.

Sin embargo, con mucho menos esfuerzo, la población francesa de Plounéventer tiene todos los focos puestos sobre ella desde el pasado lunes: ¡el departamento de Finistère se despertó con una furgoneta subida en una marquesina de autobús!

Al parecer, el misterioso suceso ocurrió el pasado domingo por la noche, y fue la gendarmería del Finistère, ante la incongruencia de la situación, la que publicó una foto de este Peugeot Partner posando en lo alto, casi en equilibrio, preguntando a sus conciudadanos en las redes sociales si tenían alguna idea de lo que podía haber pasado. Obviamente, en los comentarios, los extraterrestres parecen ser los culpables perfectos de lo que parece ser una broma de mal gusto.

 

A pesar de todo, la dimensión paranormal del asunto y la excusa de los hombrecillos verdes no convencieron, evidentemente, a los gendarmes, que prefirieron seguir investigando.

Las pesquisas no fueron tan sencillas como se podría haber pensado, ya que aunque la matrícula estaba efectivamente asociada a un nombre, no se pudo localizar al propietario. Además, resultó que el coche acababa de ser vendido y que, por tanto, el documento de matriculación no estaba actualizado.

 

Pero tras unos días de un caso que fue noticia, y una foto que dio la vuelta al mundo, la policía consiguió finalmente resolver el misterio: en realidad se trataba de un conflicto entre vecinos.

Al parecer, fue por una disputa comercial, en concreto por la venta de un coche. Y tras la disputa, parece que uno de los vecinos empleó una transpaleta (sí, esas máquinas que mueven palets) para colocar el coche de la persona con la que tenía problemas en lo alto de la marquesina del autobús de la pequeña ciudad bretona. 

 

¿Solución? Si el autor de esta broma de mal gusto se compromete finalmente a reparar los daños causados, evitará que el Ayuntamiento presente una denuncia por poner en peligro la vida de los demás.