El Jaguar E-Type es uno de los coches más recordados de todos los tiempos. Hasta el mismo Enzo Ferrari cayó rendido a sus pies diciendo que era “el automóvil más bello jamás fabricado”. Presentado en el salón de Ginebra de 1961, estuvo en producción desde ese mismo año hasta 1975, con 79.817 ejemplares en total.
En la actualidad, el departamento de clásicos la marca británica, con motivo del 60 aniversario del modelo, ha restaurado y modernizado doce unidades, las cuales se pusieron a la venta.
La compra se debía hacer por pares, es decir, el modelo coupé y el descapotable, sin poder elegir el color, con lo que se trataban de seis pares de Jaguar E-Type. A pesar de esta pequeña traba, los coches encontraron rápidamente nuevos dueños.
La unidad que aquí nos ocupa podría haber sido parte de este paquete de modelos restaurados por los de Coventry, sin embargo, tiene otras particularidades. Se trata de un ejemplar de 1965 con muy poco uso, pues su cuentakilómetros marca 8.134 millas (unos 13.000 kilómetros).
Estéticamente, este Jaguar tiene los paragolpes cromados, pero el tiempo ha hecho mella en él y ha perdido gran parte de su atractivo visual. Algunas zonas se han oxidado, mientras que la ventana trasera se ha oscurecido, aunque no está tan mal teniendo en cuenta los años que ha pasado en un garaje.
Este E-Type, un modelo roadster de la primera serie, lo ofrece la casa de subastas Gooding, cuya sede se encuentra en Pebble Beach, California. El vehículo aún posee el color, la tapicería, la capota y motor originales, incluyendo los neumáticos Dunlop. No obstante, si el siguiente propietario desea darse una vuelta y sumarle algunos kilómetros más, tendrás que hacer algunos cambios.
En cuanto a la mecánica, como se ha citado anteriormente, es original. Así pues, el seis cilindros de 4,2 litros entrega 265 CV, asociado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades.
La subasta se celebrará los días 13 y 14 de agosto, y la casa ha estimado el E-Type entre 250.000 y 350.000 dólares (entre 200.000 y 300.000 euros al cambio actual). Hasta entonces, seguiremos con la duda de si el nuevo dueño lo dejará como una pieza de colección o lo restaurará para disfrutar con él en la carretera.