Aunque jamás vaya a llegar a España, no he podido resistirme a hablar de uno de los SUV más brutales del mundo, el Nissan Patrol NISMO 2021, la versión de altas prestaciones del 4x4 japonés, un coche que es el 'ojito derecho' de muchos millonarios en Oriente Medio.

Su estética es realmente impactante, gracias a su kit exterior específico y a los numerosos detalles rojos que luce, tanto en la carrocería como en el habitáculo. Por no hablar, claro está, de su fisonomía rectilínea, con la que se asemeja a un tanque. 

Galería: Nissan Patrol NISMO 2021

Como puntos curiosos, debemos mencionar las descomunales llantas de aleación de 22 pulgadas, así como un paragolpes delantero de extraordinarias dimensiones, un difusor trasero y dos salidas de escape. 

La parrilla tiene un patrón de panal de abeja y viene adornada con la insignia NISMO. En cuanto al motor, continúa siendo el mismo que el de antes de este restyling, es decir, un bloque 5.6 V8 atmosférico, con 434 CV y 560 Nm de par máximo. 

Nissan Patrol NISMO 2021

La transmisión asociada es una automática con siete velocidades, mientras que el chasis recibe una suspensión con componentes de Bilstein, para que el paso por curva sea el mejor posible... teniendo en cuenta las dimensiones y el peso de este 'morlaco'. 

En el interior, el Nissan Patrol NISMO 2021 adopta la misma configuración de doble pantalla central, aunque es cierto que el diseño general acusa algo de veteranía. No en vano, esta generación del 4x4 japonés, la sexta, lleva a la venta durante 11 años.

Eso sí, la cabina incluye detalles de fibra de carbono, tapicería de Alcantara y, como decíamos antes, inserciones de color rojo. El sistema de sonido lo firma BOSE y tiene 13 altavoces, mientras que el equipo multimedia es compatible con los protocolos Android Auto y Apple CarPlay.

Una reflexión antes de acabar: mientras en Europa hay un trabajo encarnizado por rebajar las emisiones contaminantes de los coches y aplicar propulsores electrificados, en otras partes del mundo la ecología suena a chiste malo. En fin, es lo que nos toca vivir...