¿Eres una persona acaudalada y acostumbrada al máximo lujo, que también disfruta de una partida de billar de vez en cuando? Si, además, guardas en tu garaje (en tu mansión, mejor dicho) un Rolls-Royce, tenemos que contarte una cosa importante. 

La compañía 11 Ravens comercializa una mesa de billar que solo pueden adquirir cinco dueños de un vehículo de la marca británica. Cuesta la friolera de 250.000 dólares, que equivalen a casi 230.000 euros. Toda una obscenidad y más en estos tiempos de incertidumbre económica... 

Claro, por lo que cuesta, los afortunados poseedores lucirán en su casa una mesa de diseño moderno y aspecto atractivo. Eso sí, como comentábamos antes, el requisito indispensable es tener un Rolls-Royce. Por mucho dinero que se disponga para pagarla, hay que cumplir con esa condición. 

Este accesorio está dirigido a "los entusiastas de los artículos de lujo", según afirma 11 Ravens, y se ha confeccionado con materiales de primer nivel... como no podía ser de otro modo. 

Aparte del diseño, ¿qué hace que esta mesa sea tan especial? Emplea un marco de aluminio con paneles negros Lucite y láminas de oro de 14 quilates. Además, tiene cristales con algún nombre elegante que no podemos pronunciar, luces con tecnología de tipo LED por todas partes y, naturalmente, un juego de bolas y palos de billar a medida para acompañarla.

Para aquellos que no pueden imaginar gastar ese dineral en una mesa de billar, hay que decir que ofrece otras funciones. Por ejemplo, se convierte en una mesa de ping pong y, si tienes invitados a casa para comer, se puede emplear con este fin. 

Mesa de billar de Rolls-Royce

Esta mesa es una personalización del modelo Stealth. Como su nombre indica, está inspirado en los aviones invisibles y, a diferencia de la versión de Rolls-Royce, aparece en la web oficial de 11 Ravens. 

En este caso, tampoco se menciona el precio, así que ya podrás suponer que no está pensado para cualquier aficionado al billar. La verdad es que me conformo con jugar al billar en una mesa normal y corriente, para qué voy a decir lo contrario...

Fuente: 11 Ravens