Brent Cheney, un especialista en la personalización de automóviles, se propuso crear un simulador para disfrutar del videojuego iRacing, pero no uno cualquiera con un asiento y un volante, sino el más alucinante y realista, hecho a partir de un coche real. Al fin y al cabo, tenía mucho espacio en su sótano...
En una entrevista con Motor Authority, Cheney aseguró que quería un modelo de corte deportivo y con una fisonomía más o menos convencional, ya que el trabajo requería muchos cortes y soldaduras.
Galería: MINI Cooper S transformado en un simulador
Después de una tormenta de ideas (o brainstorming), Cheney decidió que un MINI sería la opción ideal, ya que las molduras negras de los pilares ocultarían bien los cortes y los remaches. Dicho y hecho: buscó un ejemplar barato y encontró un Cooper S de 2005 con el motor averiado. Perfecto para conseguirlo por un precio bajo.
Así fue. Cheney lo compró por tan solo 1.000 dólares (923 euros) y retiró la transmisión y la suspensión, innecesarias para el simulador. Después, quitó el techo y descuartizó el resto del coche en trozos pequeños para poderlo meter en el sótano.
Allí, el MINI volvió a unirse y se instaló sobre una base de madera hecha a medida. Curiosamente, permanece el habitáculo original. Cheney ni siquiera retiró los asientos, aunque obviamente se produjeron cambios para transformarlo en un simulador.
Así, el coche se cableó con un sofisticado sistema de sonido envolvente de cine en casa. Además, se instalaron el volante Fanatec Podium DD1 y los pedales Fanatec V3.

Todo el sistema funciona con el procesador de ocho núcleos i9-9900K, de Intel Core, con 3,6 GHz, un disco duro de 1 terabyte SanDisk Ultra 3D, una tarjeta de vídeo GeForce RTX 2080 de 8 gigabytes y otros componentes de juego para PC de alto nivel, que se muestran en un monitor Samsung CHG90.
Un teclado montado en el centro y un iPad con SimHub proporcionan control e información, mientras que las luces LED, situadas bajo el coche y controladas por un iPhone, dan al conjunto un aspecto futurista y flotante.

Según Motor Authority, todo el proceso implicó unas ocho semanas de trabajo y 6.500 dólares (unos 6.000 euros) en efectivo. Podemos pensar en pasatiempos más caros y no muchos de ellos proporcionan un producto tan impresionante y divertido como este simulador.
Todo el proceso de construcción está incluido en el vídeo adjunto, que no te lo debes perder. Desde luego, ¡vaya obra de ingeniería ha realizado!
Fuente: Motor Authority, BasementGP on YouTube