Sin lugar a dudas, al hablar del Volkswagen Transporter, lo hacemos de una de las furgonetas más famosas del mundo; sobre todo, si nos centramos en sus dos primeras entregas. Unos modelos clásicos que, hoy en día, siguen viéndose circulando, en la mayoría de casos, en un excelente estado de conservación.

Ahora bien, también hay quien las emplea para llevar a cabo interesantes preparaciones. Es el caso del ejemplar de 1958 de Perry Watkins, que ha optado por un camino distinto en sus mejoras. De hecho, buscando el tópico fácil, podríamos decir que el vehículo hippie por excelencia ha pasado del 'flower power' al 'jet power'...

A fin de cuentas, ha llevado a cabo un trabajo perfecto, con una restauración que ha dejado el vehículo en un estado excepcional. Pero también, ha querido darle su toque personal, al añadir un motor a reacción de aviación, fabricado por Rolls-Royce, que anuncia unos 5.070 CV de potencia (3.729 kW).

Galería: Furgoneta clásica de Volkswagen con motor de avión

La 'Oklahoma Willy', que así se llama, nació como un Transporter más, allá por el año 1958. Y esa fue la base para este increíble vehículo, que ha necesitado una fase de desarrollo de seis años, gran parte de ellos, para reparar el propulsor y adaptarlo a la 'furgo'.

Si tienes más curiosidad por el motor de avión, concretamente, es un Rolls-Royce Viper 535 de 1978, cuyo trabajo original fue hacer volar un Strikemaster BAC, una aeronave militar ligera, de origen británico, usado para labores de entrenamiento y ataque.

Con un peso total de 2.993 kilos, podría alcanzar una velocidad máxima de 483 km/h, aunque según cuenta su dueño, a partir de 250 km/h, la cosa empieza a ponerse 'divertida'. Tanto, que apenas ha llegado a los 258. Y no nos extraña, ya que es un territorio poco común para un modelo de este tipo, con más de seis décadas de antigüedad a sus espaldas.

Seguramente, lo más sorprendente de todo, es que este Volkswagen mantiene el motor original en estado funcional, por lo que se puede circular con él por carreteras abiertas. Además, como puedes ver en el vídeo que encabeza la noticia, de vez en cuando, se deja ver por algún circuito de aceleración, como el Santa Pod Raceway, en Inglaterra.

Antes de finalizar, te dejamos con la galería de fotos de otra restauración espectacular de este modelo clásico, aunque menos potente y dotado de un interesante sistema de propulsión eléctrico.

Fuente: Motor1.com Global