El fabricante de Goodwood, al sur de Inglaterra, ha anunciado sus resultados del recién terminado año 2019, y no podían ser mejores. Rolls-Royce cerró el pasado ejercicio con un récord histórico de ventas anuales, nunca visto en los 116 años de historia de esta compañía dedicada a la fabricación de vehículos de gran lujo.

En total, Rolls-Royce vendió 5.152 ejemplares de sus distintos modelos a lo largo del pasado año, en más de 50 países, lo que supone un aumento del 25% con respecto al ejercicio anterior que, con 4.107 coches, ya fue todo un récord para la marca.

Además, también ha conseguido cifras de récord la división 'Bespoke' de la marca, encargada de las peticiones especiales, a medida para los clientes más sibaritas, que firma su mejor año hasta la fecha.

Galería: Rolls-Royce Cullinan Black Badge

Además, la firma del Grupo BMW destaca que este incremento de ventas se ha dado a nivel global, en todas las regiones donde comercializan sus productos, con Norteamérica, China y Europa a la cabeza. Los mercados individuales donde las ventas han sido más potentes son Rusia, Singapur, Japón, Australia, Catar y Corea del Sur.

El modelo que más ha contribuido a estos buenos resultados de la marca es, lógicamente, su nuevo SUV: el Rolls-Royce Cullinan; en especial, la edición Black Badge (también del resto de modelos de la gama) que, según la marca, tiene una gran demanda entre los clientes más jóvenes. No obstante, la previsión es que las ventas del todocamino se estabilicen durante este año 2020.

A finales de 2019, además, concluyó la producción del Rolls-Royce Ghost, el modelo más vendido de la historia de la firma británica, que llevaba en producción 11 años y cuyo sustituto será presentado este verano, tras cinco años de proceso de desarrollo. Estará disponible en el último trimestre del año.