Aunque parezca mentira, ya han pasado 20 años desde que un pequeño fabricante artesanal, llamado Pagani, revolucionara el mundo del automóvil, lanzando el superdeportivo más llamativo y radical que hubiéramos visto en mucho tiempo.
Porque en 1999, el Pagani Zonda C12 no solo era un coche rapidísimo; también, parecía una nave espacial... comparado con lo que ofrecía la competencia en aquella época.
Presentado en el salón de Ginebra de hace dos décadas, con una producción inicial de 25 unidades al año, la firma de Horacio Pagani ha vuelto al lugar donde comenzó todo... con el modelo con el que empezó todo, en perfecto estado de revista.
Pero además de trabajar con 'calma', en Pagani hicieron las cosas bien desde el principio. Sobre todo, si tenemos en cuenta que, en sus inicios, contaron con el apoyo y la colaboración de Juan Manuel Fangio, uno de los mejores pilotos de F1 de todos los tiempos. De hecho, el Zonda iba a llamarse Fangio F1; idea que se truncó tras la muerte de 'El Chueco'.
Volviendo al deportivo, para ponerlo en contexto, se lanzó en la misma época que Ferrari presentaba el 360 Modena. Lo que nos hace ver lo adelantado que Horacio Pagani estaba a su tiempo. De hecho, el Zonda ya presumía de un motor 6.0 V12, de origen Mercedes-AMG, que entregaba 454 CV de potencia y 571 Nm de par máximo.
Aunque son números que hoy en día no asustan, gracias a su chasis de fibra de carbono y a un peso de 1.250 kilos, podía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,0 segundos... frente a los 5,3 del representante de Maranello.
Parte de la exclusividad del C12 reside en que solo se fabricaron cinco unidades, antes de la llegada del C12-S, que ya contaba con el motor 7.0 V12 de AMG, con 550 CV.
Por eso, volver a verlo en la cita helvética nos ha dibujado una sonrisa en la cara. Sobre todo, porque aparcado junto a un Huayra Roadster, nos recuerda de dónde viene la marca... y hacia dónde va.