Alejandro Agag está a la misma altura que Elon Musk, respecto a su visión de futuro de los coches eléctricos. Las similitudes entre ambos son asombrosas y es solo cuestión de tiempo que Agag, como ha sucedido con Musk, se convierta en una celebridad internacional y un nombre reconocido.
Es difícil recordar el momento, en realidad no fue hace mucho, cuando Elon era totalmente desconocido. Al principio, cuando fundó SpaceX con fines para realizar viajes interestelares, analistas como John Pike dijeron: "No sabe lo que está haciendo". "Ha caído en manos de un grupo de personas que lo han convencido de que son más inteligentes que todos los demás".
Cuando Musk asumió el cargo de CEO de Tesla, en 2008, comenzó a hablar de abandonar el mundo de la combustión interna y de convertir a sus empleados en miembros de una especie de "fuerzas especiales", la gente pensó que estaba loco. Asimismo, cuando comenzó a agotar su fortuna personal, ganada como fundador de PayPal, para mantener a la compañía a flote, muchos analistas de Internet se burlaron de él y se crearon blogs como "Tesla Deathwatch".

Alejandro Agag se enfrentó al mismo tipo de burlas cuando desarrolló la temporada de carreras de Formula E, totalmente eléctrica, que lanzó hace cuatro años. Muchos entusiastas de los automóviles se burlaron de la idea de que los vehículos alimentados con baterías, que circulan por circuitos urbanos, podrían convertirse en una forma competición automovilística viable. Bernie Ecclestone, ex jefe de la F1, calificó a los monoplazas eléctricos de la Formula E como "cortadoras de césped".
Ahora, en vísperas de la carrera inaugural de la quinta temporada de Formula E, que comienza este finde de semana en la ciudad saudí de Ad Diriyah, nadie hace ya bromas sobre esta competición eléctrica. De hecho, hay indicios claros de que la Formula E está ganando terreno a la F1, al igual que sucede con la capitalización bursátil de Tesla, que ya es más grande que la de GM y la de Ford.

Aquellos que continúan ignorando las carreras eléctricas, no son capaces de ver la audaz nueva visión de la movilidad que representa la Formula E. Tampoco ven el enorme talento de Alejandro Agag, el ex empresario y político que fundó y continúa dirigiendo esta competición. Al igual que sucedió con Elon Musk a los mandos de Tesla, una compañía denostada en sus inicios, Agag es un líder visionario que se fijó en los detractores de los vehículos eléctricos, para comandar el ascenso meteórico de la Formula E.
Más rápidos, más autonomía, mayor atractivo
Lo que separa a Musk y Agag, de aquellos que previamente apostaron por la movilidad eléctrica, es cómo han sabido expresar el enorme potencial de los vehículos eléctricos a través de sus apuestas personales.
El imperfecto, pero seductor, Tesla Roadster dio pie al emocionante Model S, el modelo que mostró al mundo que un automóvil eléctrico puede ser musculoso, cómodo, de gran autonomía y rápido como un deportivo. Se midió con éxito frente a rivales de marcas como Maserati o Aston Martin. Este fin de semana, en las afueras de Riad, veremos en acción a la segunda generación de los monoplazas de la Formula E. Una apuesta emocionante.

A diferencia de la primera generación del modelo de Formula E, que consiguió sorprender a propios y extraños, el nuevo monoplaza está cosechando numerosos elogios. Está siendo comparado con el Batmobile por su aspecto futurista. Y lo que es más importante, aumenta la capacidad de almacenamiento de sus baterías de los 28 kWh, del modelo precedente, hasta los 52 kWh del actual. De esta forma, los pilotos no tendrán que cambiar de monoplaza en mitad de cada carrera. Así se elimina, de un plumazo, la principal fuente de críticas de los detractores de la Formula E.
El automóvil de primera generación, que ha estado en servicio desde que empezó la competición en 2014, alcanzaba una velocidad máxima de 225 km/h. Su sucesor aumentará esa velocidad punta hasta los 290 km/h. Evidentemente, no alcanza los 370 km/h de un monoplaza de F1, pero es más que suficiente para afrontar los intrincados circuitos urbanos por los que compite la Formula E.
Además, la mejora de autonomía y de velocidad punta no han hecho más que empezar e irán mejorando, con las prestaciones de la Formula 1 en el punto de mira.
Laboratorios de innovación
No tenga dudas de que tanto Musk como Agag buscarán los límites de la tecnología de las baterías y de los motores eléctricos, para que superen a la combustión interna. Tesla y la Formula E no son tanto empresas, como laboratorios experimentales.
La lista de innovaciones tecnológicas que incorpora Tesla en sus modelos de calle es demasiado numerosa como para nombrarla aquí, pero cabría destacar la novedosa arquitectura de celdas de sus baterías, el modo de conducción autónoma basado en cámaras o las actualizaciones online del sistema operativo del vehículo.
No hace tanto, mucha de esta tecnología propuesta por Tesla, como las baterías de largo alcance, los puntos de recarga rápida o la controvertida apertura de las puertas de algunos de sus modelos, era considerada como poco útil. Sin embargo, ahora, otros fabricantes de automóviles han cambiado de opinión y valoran estas mejoras adelantadas por Tesla.

En la quinta temporada, todos los monoplazas de la Formula E usarán el mismo sistema de batería, diseñado por McLaren. De esta forma, Agag no ha permitido que el presupuesto, destinado al desarrollo de cada equipo, se dispare incontroladamente, evitando, así, el riesgo que hubiese supuesto para cada escuadra construir sus propias baterías.
En cambio, como informó Motorsport.com, cada equipo tendrá libertad para desarrollar de forma individual los motores, la transmisión, los inversores de corriente y el software de gestión.
Agag entiende que al compartir una batería estándar para todos los equipos y al limitar el tamaño del equipo a 20 personas, con una inversión anual de 3.000.000 de euros, la Formula E podrá convertirse en el Tesla de los deportes de motor. Agag quiere maximizar el potencial de cada euro de inversión, para conseguir un cambio de tendencia en la competición automovilística y, por extensión, en toda la industria del automóvil.
"Uno de los puntos clave por los que llegamos a la Formula E es la transferencia de tecnología", dijo James Barclay, gerente del equipo Jaguar Panasonic Racing. Jaguar fue el primer fabricante de automóviles Premium en presentar un equipo de Formula E, hace dos años. "Si bien nuestros motores eléctricos pueden no ser los mismos en el monoplaza de Formula E, que en nuestro I-PACE, todo lo que podamos transferir a los modelos de calle será beneficioso para nuestros clientes", dijo Barclay. "Un monoplaza de carreras que puede recorrer más kilómetros, más rápido, durante más tiempo, se traducirá en modelos de calle más capaces a corto plazo".

Esta temporada, BMW se suma como fabricante de automóviles a la Formula E, junto al equipo Andretti Autosport. "Las fronteras entre la producción y el desarrollo de los vehículos de competición son más borrosas en BMW i Motorsport que en cualquier otro proyecto", dijo Jay Hanson, un portavoz de BMW, en una entrevista con Popular Mechanics. Para garantizar la transferencia de tecnología, los mismos ingenieros que desarrollan automóviles eléctricos BMW i para los clientes, también trabajan en la tecnología eléctrica de competición.
"Es importante para el automovilismo mostrar liderazgo tecnológico", escribió Agag en abril. "La sofisticada electrónica de gestión, cuya durabilidad y seguridad han sido testadas en la competición, permitirá a los fabricantes consolidar esa tecnología en los modelos de calle, haciendo que sean más livianos, más eficientes energéticamente y tengan un mejor rendimiento".
Cambio de mentalidad
El camino emprendido por Tesla, desde sus oficinas de Silicon Valley, comenzó hace 10 años. En Estados Unidos, a excepción de algunos modelos de Toyota y Honda, Tesla ha entregado más automóviles de su Model 3, en los últimos meses, que cualquier otro fabricante, sin importar el precio o el tamaño.
Apoyado en una campaña para demostrar a los tradicionales compradores de vehículos con motor térmico, que disponen de un vehículo de futuro con una calidad superior, el éxito de Tesla está empezando a dar sus frutos. La Formula E usa la misma estrategia para ganar seguidores, socios, pilotos y patrocinadores.

Si aún no estás convencido de que la Formula E podría algún día alcanzar la repercusión de la Fórmula 1, deberías considerar esto: Porsche se retiró de la máxima categoría del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), conocida como LMP1 (en la que ganó en Le Mans), para unirse a la Fórmula E a partir del próximo año. Audi abandonó el WEC y Le Mans y se unió a la Formula E el año pasado. Añade Nissan y Mercedes-Benz a un listado compuesto por Audi, BMW y Jaguar dentro de la Formula E y, prácticamente, tendrás a los principales fabricantes mundiales de automóviles disputando el mismo certamen.
Además, la quinta temporada de la Formula E suma a otros dos ex pilotos de F1. En mayo, llegó la noticia de que el brasileño Felipe Massa, que ha ganado 11 carreras, en 15 años como piloto de F1, se unió al equipo Venturi con sede en Mónaco, cofundado por Leonardo DiCaprio. Massa dijo que la Formula E tenía atractivo porque muchos pilotos pueden ganar una carrera, algo que ya no es posible en la F1.

En octubre, el piloto de McLaren F1, Stoffel Vandoorne, anunció su cambio a la Formula E, uniéndose a HWA, perteneciente a la división de alto rendimiento de Mercedes-Benz. Massa y Vandoorne se unen a los 'desertores' de F1 como Nick Heidfeld y el actual campeón del mundo de Formula E, Jean-Éric Vergne, que compitió en la F1 con la Scuderia Toro Rosso, de 2012 a 2014.
"Cuando comenzó la Formula E, la gente dijo que no había forma de que esta competición pudiera superar a la F1", aclaró Heidfeld en una entrevista con Autoweek. "Ya no estoy tan seguro". El periódico inglés Sun informó que incluso el campeón de F1, Lewis Hamilton, se está calentando lentamente, ante el potencial de la Formula E, después de que admitiese que estaba "en conflicto" sobre las emisiones producidas en la Fórmula 1. Hamilton dijo que deberían pasar entre cinco y diez años, antes de poder comparar ambas competiciones.
Un veterano patrocinador de la F1, como Hugo Boss, no ha esperado. La marca de lujo alemana cambió su patrocinio a la Formula E el año pasado.
No hay marcha atrás
A pesar de estas victorias, Agag no abandona su espíritu de innovación radical. Es el mismo enfoque que lleva a Musk a seguir adelante con cosas como las fábricas de baterías más grandes del mundo, los camiones semieléctricos y una nueva versión del Roadster que acelera, de 0 a 100 km/h, en 1,9 segundos.
Desde que comenzó la Fórmula E, Agag ha buscado los límites todo lo posible. La Formula E involucra a los seguidores al permitirles votar online antes de la carrera, para que los equipos reciban un extra de energía, para poder utilizarla, varias veces, durante una carrera. En la quinta temporada, se agregará una nueva característica llamada Hyperboost. Los conductores pueden transitar con sus monoplazas por zonas especiales, donde utilizar un aumento de potencia temporal, simulando algo parecido a lo que consiguen los vehículos del popular videojuego Mario Kart, cuando obtienen una estrella dorada.
¿Son estas apuestas meros trucos? Bueno, esa misma queja tuvo que sufrirla Tesla al apostar por la apertura vertical, de tipo alas de halcón, del Model X o a la apuesta por el filtro HEPA de habitáculo, capaz de proteger a los ocupantes frente a armas biológicas. Pero ya sean meros trucos o ideas inteligentes, Musk y Agag ganan seguidores de forma imparable.

Una vida paralela que les ha llevado a ambos a intentar recomprar sus compañías. En agosto, Musk no logró unir los fondos necesarios, para proponer una oferta de recompra de acciones por un valor de 72.000 millones de dólares.
Esto ocurrió tres meses después de que Agag hiciera una oferta sorpresa, de 700 millones de dólares, por el control total de la Formula E. La escala de ambas empresas es muy diferente y los dos intentos fracasaron, pero muestra cómo Musk y Agag no se desaniman con las experiencias negativas de sus compañías.
Musk admitió, recientemente, que Tesla se enfrentó a una grave amenaza de cierre, en abril de 2018, cuando afrontaba el aumento de la producción del Model 3. "La compañía se desangra", dijo a Axios. Musk está acostumbrado a dirigir la empresa al límite, desde principios de 2018, cuando Tesla tenía una gran necesidad de efectivo, después de la crisis financiera. La Formula E también sufrió un colapso financiero durante su primera temporada en 2014. Después de las tres primeras carreras en Beijing, Putrajaya y Punta del Este, la compañía se quedó sin dinero. "No se suponía que estuviéramos demasiado al límite, pero el peligro existía", dijo.

Cualquiera de las compañías podría volver a tener problemas financieros, pero, a pesar de esos desafíos, Musk y Agag están dispuestos a seguir apostando por un futuro electrificado. La pasión les puede.
Leyendas en la producción
Para Musk y Agag, la transformación a los vehículos eléctricos va más allá de lo que está debajo del capó. Se trata de cambiar la mentalidad. Musk se opuso a la idea de vender vehículos Tesla, junto con modelos de combustión interna, en concesionarios convencionales obsoletos. Su punto de vista dio origen a la tienda minorista Tesla, que trata más de involucrar a posibles compradores en un entorno de diálogo sobre energía, medio ambiente y el futuro del transporte. Del mismo modo, Agag se compromete a utilizar las calles de grandes ciudades, como escenario de las carreras de Formula E, a pesar de las molestias que conlleva para los organizadores de los eventos.
"Añade una gran cantidad de complicaciones y desafíos logísticos", dijo Agag. "Pero lo asumimos porque esto es lo que somos". La Formula E se lleva a cabo en algunas de las ciudades más pobladas y sofisticadas del mundo. Una nueva generación de jóvenes puede acceder a las carreras cerca de donde viven. Los aficionados evitan las largas colas para entrar en un circuito. Se anima a los espectadores a utilizar el transporte público para llegar a los eventos. Y el entorno urbano accesible crea una experiencia de carrera cercana y personal, repleta de emoción.

Agag habla, repetidamente, de la Formula E como un formato de carreras para jóvenes. "Si podemos lograr que los niños de 10 años sean seguidores de la competición, lo serán de por vida", escribió a principios de este año.
Esta próxima generación de entusiastas está llegando a la mayoría de edad, en un mundo automovilístico que es muy diferente al que se está quedando rápidamente atrás. Si un gran número de los usuarios acaban conduciendo vehículos eléctricos, como mucha gente predice, entonces pueden acreditar a Tesla como la primera gran compañía de vehículos eléctricos del mundo. Elon Musk, sin duda, ha ganado su estatus de leyenda. Pero cuando la historia de la electrificación de los vehículos se cuenta a las generaciones futuras, Alejandro Agag merece un lugar al lado de Musk, en el panteón de los revolucionarios del automóvil eléctrico.
Lo más emocionante es que estamos presenciando una transformación, que está teniendo lugar frente a nuestros ojos. Lo puedes comprobar este fin de semana, cuando comience la quinta temporada de la Formula E en Arabia Saudita. La temporada se abrirá paso a través de Asia, Europa y Norteamérica, hasta mediados de julio de 2019. No te la puedes perder, aquí tienes su calendario.