Alfa Romeo 147
Basado en el chasis del 156, pero revisado con la suspensión delantera con paralelogramo deformable y un sistema multibrazo en el tren trasero, este compacto se mostró como una alternativa deportiva al Volkswagen Golf.
La calidad no era la misma que la de su rival alemán, pero permanecerá en la historia como uno de los compactos de tracción delantera más divertidos de conducir. De hecho, la precisión y la capacidad de información de su dirección siguen siendo incomparables.
Desde el punto de vista del diseño, el 147 encontró una manera diferente de distinguirse, pero igualmente exitosa: escondiendo las manillas de las puertas traseras en el marco.
Alfa Romeo 156
Esta berlina sigue al 147, pero solo por razones ordinales, porque, para muchos, este coche ocupa la primera posición entre todas las creaciones de Walter de Silva.
El 156, presentado en 1997, supuso la redención de Alfa Romeo. De hecho, fue un modelo que consiguió estar muy cerca del nivel de sus rivales alemanes. Entre los elementos estilísticos más destacados, destacamos el escudo de Alfa Romeo, que ganó protagonismo en el frontal.
Audi A5 Coupé
Los 'alfistas' no estarán muy de acuerdo con esta afirmación, pero muchos aseguran que el automóvil más hermoso que ha diseñado Walter de Silva es el primer A5 Coupé, que data de 2007.
Entre sus marcas distintivas, se encuentran la gran parrilla Singleframe con el logotipo de los cuatro aros integrado, así como unos hombros marcados. Su destacada anchura le hacía tener mucha presencia en la carretera.
Audi Q7
De alguna manera, la antítesis al A5 Coupé fue el Q7, el gran SUV de la marca alemana, a la venta desde 2005. Resultó ser el primer modelo de este tipo para la firma de Ingolstadt y, con él, el fabricante germano quiso expandir su éxito a los Estados Unidos.
Por este motivo, las dimensiones eran impresionantes, con 5,09 metros de longitud y 1,98 de anchura. Es más, las formas del todocamino hacían poco o nada para ocultarlas.
Audi R8
A pesar de las restricciones técnicas impuestas, con el motor detrás del habitáculo, Walter de Silva logró moldear un superdeportivo magnífico, el primero de la marca alemana.
Independientemente desde el ángulo por el que se mirase, resultaba muy atractivo a la vista. De hecho, los trazos generales aún se mantienen en el R8 actual.
Lamborghini Miura Concept
Junto con el relanzamiento del Lancia Fulvia Coupé, esta es probablemente la mayor decepción para los amantes de los coches en todo el mundo. Sí, porque esta maravilla (disculpe el entusiasmo, pero ¿quién puede decir lo contrario?) permanecerá confinada para siempre dentro del Museo Audi de Ingolstadt.
Presentado en el salón de Detroit 2006, este concept car nació sobre la base del Gallardo y, de forma magistral, reinterpretaba las líneas del Miura en clave moderna. Es mejor detenerse aquí, porque escribir y leer más perjudicaría nuestra salud...
SEAT Ibiza
A comienzos del siglo XX, Walter de Silva se trasladó a Barcelona, donde se le encargó la tercera generación del Ibiza. ¿El resultado? No sería difícil imaginarse este vehículo con el logotipo de Alfa Romeo, ¿no crees?
No en vano, recuerda ligeramente al 147 por la línea alta de la carrocería, los faros y los pilotos.
Volkwagen Golf
Vale, el Golf VII, también de Walter de Silva, es más exitoso, gracias a la plataforma MQB, que se adapta mejor a las necesidades del mercado. Sin embargo, el genio del diseñador italiano se manifestó más en esta sexta entrega, un restyling profundo de la quinta, a la que muchos calificaron como el Golf más insulso, estéticamente hablando.
SEAT León
Sin duda, este fue un reto para el diseñador italiano, ya que la primera generación del compacto español registró un éxito inesperado. Por lo tanto, esta segunda entrega debía conseguir igualar, e incluso, superar, esas cifras de ventas.
Partiendo del concept car Tango, de Silva confeccionó uno de los compactos más originales y deportivos, dentro de las marcas generalistas. Y eso se tradujo en muchas matriculaciones...
Volkswagen Polo
Para 'su' Polo, Walter de Silva trazó líneas nuevas y fue capaz de dar una fuerte personalidad al coche, incluso sin llamar poderosamente la atención. Al fin y al cabo, ya sabemos que los alemanes no son amigos de grandes riesgos, desde el punto de vista estético.