La firma oriental puede presumir, sin exagerar, de disponer de una gama de producto atractiva, moderna y con interesantes alternativas en un amplio número de segmentos de nuestro mercado. Hoy le toca el turno a un utilitario como el Mazda2, un vehículo perfecto para moverse por la ciudad y sus alrededores.
Mazda lo tiene claro y aunque también ofrece el CX-3, para responder a la demanda de un SUV de tamaño compacto, el Mazda2 se reivindica como un modelo idóneo para el público más juvenil, que no está dispuesto a renunciar al estilo o la tecnología por tratarse de un coche de pequeñas dimensiones. Veamos cuáles son sus argumentos para tratar de convencerte.
Mazda2, un utilitario repleto de equipamiento
En términos de estilo, debemos reconocer que el Mazda2 luce uno de los aspectos más elegantes de la categoría, reforzado con detalles exclusivos como los faros full LED, incluidos de serie en el acabado Zenith, o las llantas de aleación de 16 pulgadas, las más grandes disponibles.
En nuestro caso, la unidad de pruebas incluye el denominado Pack Safety White Navegador, que por un coste de 1.700 euros, añade opciones tan interesantes como la tapicería de cuero blanca, los asientos delanteros con calefacción, el navegador, además de otros sistemas de ayuda a la conducción, como el de frenada de emergencia en ciudad SCBS-R, el de control del ángulo muerto BSM, las luces automáticas HBC o el de alerta de tráfico trasero RCTA. Del equipamiento de serie, hablaremos más tarde.
Respecto a las dimensiones, el modelo japonés anuncia una longitud de 4,06 metros, por 1,69 metros de anchura y 1,49 de altura. El maletero, por su parte, cubica 280 litros, una cifra razonable para dar servicio a los cinco ocupantes que puede albergar en el interior. Para que te hagas una idea por comparación, el SEAT Ibiza también mide 4,06 metros de largo y ofrece 355 litros de capacidad.
SKYACTIV-G, una mecánica potente y parca en consumo
Si pasamos al capítulo mecánico, debajo del capó de nuestro protagonista encontramos una de sus mejores bazas. Se trata de un bloque de cuatro cilindros de gasolina, con aspiración atmosférica y 1.496 cm3. Desarrolla una potencia máxima de 115 CV a 6.000 rpm y un par motor de 148 Nm a 4.000 vueltas.
Está asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades, que te permitirá extraer todo el potencial a este utilitario de 980 kilos de peso. Este propulsor incluye el sistema de parada y arranque automáticos del motor i-Stop de serie, un aliado fundamental en el tráfico urbano diario.
El fabricante oriental anuncia un consumo medio oficial de 4,9 litros cada 100 kilómetros. Un valor muy ajustado para una potencia tan significativa. En este sentido, durante la semana de pruebas que hemos tenido el vehículo, practicando todo tipo de conducción, hemos obtenido cifras de consumo bastante razonables, nunca superiores a los 6,5 litros cada 100 kilómetros. Asimismo, con un depósito de gasolina de 44 litros, la autonomía máxima teórica llega a los 898 kilómetros.
En las calles de tu ciudad, casi de inmediato, podrás percibir la buena insonorización del habitáculo, así como las reducidas vibraciones procedentes del vano motor. La potencia disponible te asegura una agilidad notable y eso se agradece al callejear.
Además, la inclusión de la cámara trasera de asistencia al aparcamiento, de fábrica, además de las contenidas dimensiones del vehículo, te permitirán estacionar de una forma sencilla y segura. Eso sí, al tratarse de un vehículo con motor de gasolina y contar con una relación de cambio más corta que en un equivalente turbodiésel, tendrás que recurrir con más frecuencia a cambiar de marcha.
Algo que podría parecer un inconveniente, en la práctica se traduce en un acto gratificante, gracias a la precisión del selector del cambio y al reducido recorrido de dicha palanca, algo habitual en otros modelos de Mazda.
Alejados de la urbe, el chasis del pequeño pequeño vehículo japonés ofrece una buena estabilidad. El tarado de las suspensiones se inclina más hacia el lado de la firmeza, que hacia el de la extrema suavidad y ese detalle invita, junto a los 115 CV disponibles, a practicar una conducción alegre, incluso por carreteras repletas de curvas.
Con esto no quiero decir que el Mazda2 sea un pequeño deportivo, pero es innegable que transmite un dinamismo reservado a vehículos de una categoría superior. Asimismo, la comodidad está asegurada en las plazas delanteras tanto por espacio como por diseño y mullido de los asientos.
Sin embargo, detrás, el confort solo está asegurado para dos adultos y en el caso de hacerlo tres, los trayectos deberían ser breves.
Antes de concluir, también me gustaría hacer una breve mención a la dotación de serie del acabado Zenith. De ella, debemos destacar el climatizador automático, el sistema de proyección de información Head-up Display en color (poco habitual en este segmento), la cámara trasera de asistencia al aparcamiento, la pantalla táctil en color de 7,0 pulgadas del sistema de infoentretenimiento, así como el control de velocidad de crucero o los sensores de lluvia e iluminación.
Para serte sincero, este acabado es más que suficiente por sí solo y al añadirle los extras anteriormente mencionados, en el apartado del equipamiento, pocos reproches cabe hacerle al utilitario oriental.
Y llegamos al tema del precio que, en nuestro caso, parte de los 18.000 euros sin incluir los descuentos del fabricante. A esa cifra debes sumarle el paquete Safety White con navegador y los 420 euros de la pintura metalizada. Como puedes comprobar, disfrutar de un utilitario elegante, bien equipado y con un motor potente de gasolina no significa tener que hipotecarse, por obligación.
Galería: Mazda2 Zenith 1.5L SKYACTIV-G 115 CV prueba
Mazda2 Zenith 1.5L SKYACTIV-G 115 CV