Las naked ligeras y las supermotos son las más divertidas que se pueden conducir en carretera. Pesan poco, tienen un montón de par motor y resultan ágiles. ¿Qué más se puede pedir?

Tal vez por eso el fabricante británico CCM pensó que sería una buena idea aventurarse en el segmento de las motards con su nuevo modelo: la Street Moto. Como su nombre indica, es, bueno, una moto de calle. Tiene un chasis ligero, un motor potente y rueda sobre gomas de calle. Por supuesto, al más puro estilo CCM, luce estética retro y un aspecto minimalista que le confiere una imagen muy custom.

Y como es norma en la firma inglesa, la Street Moto cuesta bastante dinero. El modelo básico tiene un precio de 9.995 libras, unos 12.000 euros. Mientras tanto, la versión R está a la venta por 11.495 libras, unos 13.800 dólares.

Pero, ¿qué es exactamente lo que se paga? Bueno, seguramente no son prestaciones ni tampoco tecnología. Sin duda, motos como la Ducati Hypermotard 698 y la KTM 690 SMC R ofrecen mucho más rendimiento y sofisticación a un precio similar.

Con solo mirarla sabes que es muy divertida de conducir.

En cambio, lo que obtienes con la CCM Street Moto es esencialmente una declaración de moda al estar llevando una máquina hecha a mano, de edición limitada, que es diferente a cualquier otra en la carretera.

Las cosas se vuelven aún más especiales si gastas el dinero en la Street Moto R. Está preparada para atraer aún más miradas con su sistema de escape bajo el asiento con silenciador de titanio y componentes de fibra de carbono expuestos.

Dejando a un lado el precio desorbitado y los componentes de lujo, las CCM Street Moto y Street Moto R parecen muy divertidas de conducir. Y sus especificaciones sugieren que es cierto. ¿Qué te parecen 55 CV y 58 Nm de par? Lleva el mismo motor de 600 cm3 acoplado a una caja de cambios de seis velocidades que vemos en otros modelos CCM.

Y lo que es aún mejor, la Street Moto R pesa sólo 139 kilos con el depósito lleno. Todas estas cifras parecen la receta perfecta para hacer caballitos, derrapar y, en general, divertirse a sus mandos.

Así que sí, esta moto invita a probar tu destreza, pero sólo si tienes los bolsillos lo suficientemente profundos como para asumir el coste. ¿La elegirías o te irías a un modelo más tradicional?