Al parecer, los 770 CV del Scania V8 ya no es la potencia máxima que puede alcanzar un camión de serie: en el ya clásico desafío entre los fabricantes suecos Scania y Volvo, ha entrado en liza el 'outsider' chino Shacman, con un motor de 800 CV en el tope de gama de su flamante cabeza tractora X6000.

La noticia procede de los medios especializados brasileños, que se han hecho eco de ella en las últimas horas, aunque la web oficial del fabricante no es especialmente pródiga en detalles. 

Galería: Shacman X6000

Una marca histórica

La firma Shacman pertenece al Grupo Shaanxi, fundado hace 55 años en la provincia china del mismo nombre, con sede en la capital, Xian, dedicado a la producción de autobuses y camiones pesados. En realidad, el modelo X6000 se fabrica desde 2020, con una gama que inicialmente incluía variantes 4x2 y 6x4 con motores de entre 11,5 y 12,9 litros y potencias de hasta 560 CV. 

El nuevo propulsor, producido por el fabricante chino Weichai, tiene una cilindrada de 16,6 litros y un par motor de hasta 3.750 Nm. Acoplado a una caja de cambios de 16 velocidades y solamente disponible en configuración 6x4, según los medios que se hicieron eco de la noticia, cumpliría con la normativa china equivalente a nuestra Euro VI y con unos estándares de seguridad muy próximos a los europeos también en cuanto a tecnología activa.

Shacman X6000

Shacman X6000 6x4 de 430 CV

Las líneas exteriores y la organización del interior parecen inspirarse bastante claramente en el Mercedes-Benz Actros, aunque no existe ninguna colaboración particular entre ambos fabricantes.

De este modo, lo más probable es que Shacman se haya limitado a tomar como modelo el camión pesado de Daimler, al que hace referencia en el diseño de los faros y, en el interior, en la solución de la pantalla digital montada sobre el salpicadero.

Shacman X6000

El camión puede adquirirse en China y Rusia, aunque no hay indicaciones precisas sobre precios o incluso plazos de entrega. Tampoco se menciona la posible exportación a otros mercados.

De hecho, a diferencia de lo que ocurre con los coches y autobuses (por ejemplo, con BYD), por ahora no parece vislumbrarse ninguna invasión de productos chinos en el sector del transporte pesado. Por el contrario, son los fabricantes europeos los que están estableciendo nuevas asociaciones en China para iniciar la producción local de sus modelos.