Hay pocos modelos que, desde el principio de su producción, ya se sabía que se convertirían en icónicos. Un ejemplo perfecto es el Mercedes-Benz 300 SL, el llamado 'Gullwing' por sus puertas especiales, que desde 1955 hasta hoy ha fascinado a los aficionados de todo el mundo, convirtiéndose en un icono del 'lujo' de la época, a pesar de sus raíces de competición.
Uno de los únicos 24 ejemplares del Alloy Gullwing de 1955 se subastará el jueves 27 de enero en California, y gracias a la presencia de algunas opciones originales muy raras, su valoración se ha disparado hasta los 8 millones de euros.
El Mercedes-Benz 'alas de gaviota' que se subasta, con número de chasis 5500332, fue producido como la decimotercera de las únicas 24 unidades ensambladas en aluminio (Alloy) en 1955.
Galería: Mercedes-Benz 300SL Gullwing Alloy (1955)
El 300 SL Gullwing fue encargado por el agente de Mercedes-Benz Joseph F. Weckerlé, de Casablanca (Marruecos), quien, como buen conductor, apreció inmediatamente las raíces de competición del Gullwing. También contribuyó, por supuesto, su apreciado motor, el seis cilindros NSL de 3.0L, que estaba montado en ángulo para mantener la línea del capó baja.
Según un documento oficial, el coche se terminó de fabricar el 27 de mayo de 1955 y se entregó a Weckerlé dos semanas después, totalmente equipado con el paquete 'Leichtmetallausführung'.

El color gris plateado metálico se combinaba con un interior de vinilo azul, el eje trasero Speed tenía una relación de multiplicación de 3,42, el velocímetro estaba especialmente ampliado a 270 km/h y el coche también tenía una radio Becker.

Oficialmente fue el único ejemplar de aleación encargado por Weckerlé, y como tal, fue también el único 300 SL nuevo entregado en todo el continente africano, lo que lo hace todavía más especial.

El vehículo de Weckerlé fue importado a Estados Unidos, donde pasó a ser propiedad de Mercer D. Helms, de Montgomery (Alabama) en 1962. Lo vendió a Jack F. Bryan de Dallas (Texas) en 1975, quien lo confió al mayor centro especializado en 300 SL del mundo, entonces en Topsfield (Massachusetts), donde se llevó a cabo una restauración completa. El trabajo se documentó en un álbum de fotos completo.
Los coches de aleación son más propensos a sufrir daños en la carrocería debido a su composición de aluminio, láminas más ligeras y finas que tienden a combarse cuando se utilizan a velocidad y a ritmos más elevados. En particular, las juntas entre el aluminio y el acero son las primeras en sufrir deterioro.

Los trabajos de restauración concluyeron a finales de 1979, con un coste total de 45.000 dólares de la época (que equivalen a más de 150.000 euros en la actualidad), con un Gullwing literalmente restaurado a la perfección con las especificaciones de fábrica.
Tras recogerlo en Topsfield, según las notas, el propietario (Bryan) lo condujo hasta su casa en Dallas, recorriendo un total de 2.880 kilómetros, un trayecto que en las carreteras y los coches actuales llevaría unas 26 horas.

Hyatt Cheek, por entonces director general de la junta nacional del Mercedes-Benz Club America, se convirtió en propietario del coche en 1982. Con él, el 300 SL Weckerlé Alloy nunca se quedó como una 'pieza de museo', sino que recorrió muchos eventos y rallies, incluyendo los famosos Colorado Grand y Texas 1000, donde siempre destacó frente al resto de rivales.
Precisamente, por estas constantes apariciones en eventos, la atención al mantenimiento mecánico siempre ha sido un punto central para Cheek. Las facturas archivadas hablan de gastos regulares de mantenimiento con Paul Russell (un experto en Gullwing con su taller de Massachusetts) y otros especialistas de la marca.