Corría el año 2010 cuando Jaguar presentó, en el salón de París, un concept car de indudable belleza. Se trataba del C-X75 y la gran acogida, por parte del público, convenció a la firma inglesa para fabricar una edición limitada del vehículo.
Para tal fin, Jaguar se asoció con Williams Advanced Engineering y comenzó la producción en serie del ejercicio de estilo. Sin embargo, tan solo dos años después de su presentación en la capital francesa, la crisis económica imperante en esos años, obligó al fabricante británico a limitar la fabricación de su superdeportivo a solo cinco ejemplares.
El deportivo inglés utilizó un sistema de propulsión híbrido enchufable. Jaguar se había inspirado en un bloque de cuatro cilindros turboalimentado, con 1,6 litros de cilindrada, similar al que utilizan los actuales monoplazas de la F1 (con la diferencia de que los actuales tienen arquitectura V6).
El bloque térmico en cuestión desarrollaba una potencia de 500 CV, pero el aporte energético de otros dos motores eléctricos, elevaba el listón hasta una potencia máxima de 850 CV. Según el fabricante, el C-X75 podría pasar de 0 a 160 km/h en 6,0 segundos y superaba, con facilidad, los 320 km/h de velocidad máxima.
Así las cosas, los productores de la película Spectre, de la saga de James Bond, estaban buscando un automóvil lo suficientemente brillante como para enfrentarlo al Aston Martin DB10 del superagente secreto. Eligieron al Jaguar C-X75, cuyo conductor sería el malvado Hinx.
En cualquier caso, por necesidades del guión, el Jaguar C-X75 sufrió una profunda revisión. El motor fue reemplazado por el V8 del Jaguar F-TYPE y se le instaló una caja de cambios manual de seis velocidades, que mandaba la fuerza del motor a las ruedas traseras. Jaguar y su socio Williams Advanced Engineering construyeron cuatro C-X75 acorde a las especificaciones de la película.

La primera de esas cuatro unidades lleva el número de chasis 24001 y, ahora, sabemos que se venderá el próximo 30 de noviembre en una subasta que se celebrará en Abu Dhabi.
Este ejemplar tuvo un uso especial. Permitió a los directores de fotografía filmar escenas con la cara del actor conduciendo el vehículo, gracias a que la cámara iba instalada en el techo del vehículo.

Después de la grabación, todos los vehículos regresaron a los talleres de Williams, donde fueron guardados. El ejemplar que se va a subastar sirvió para la promoción de la película en México. Incluso participó en el Gran Premio de México de Fórmula 1, con Felipe Massa conduciendo este superdeportivo durante unos minutos.
Si te estás preguntando por el precio de venta, no está fijada una cantidad mínima, pero los rumores apuntan a que podría superar el millón de euros, sin ningún problema.
Fuente: RM Sotheby's