Durante unos días, el salón de Ginebra ha copado todos los titulares que hayas podido leer en Motor1.com España. Sin embargo, la cantidad de novedades que se presenta es tan alta que, en muchas ocasiones, algunos modelos pasan desapercibidos hasta el cabo de un par de días. 

Es el caso del Mansory Centuria, un superdeportivo que había sido eclipsado por los Lamborghini Aventador SVJ Roadster, Aston Martin AM-RB 003 o Bugatti La Voiture Noire... hasta ahora, que nuestras retinas se han llevado el mal rato.

A fin de cuentas... ¿quién necesita hacerle algo así al Chiron? Quitando un futbolista, resulta difícil averiguarlo. Aunque tal vez sea algo cultural o regional. Imaginamos que, si viviéramos en los Emiratos Árabes Unidos, buscaríamos una manera de diferenciar nuestro Bugatti del que usen el resto de padres para llevar al cole a sus hijos. 

Con un nombre de reminiscencias romanas, Mansory ofrece todo aquello que nadie ha pedido para el Chiron, como un paquete aerodinámico específico, grandes dosis de fibra de carbono y unas llantas de aleación de 20 pulgadas, en el eje delantero, y de 21, en el trasero.

Hasta aquí, todo correcto. El efecto que crean los cambios es algo extremo, pero tolerable. Ahora bien... ¿cómo calificamos a esa gigantesca entrada de aire sobre el techo? ¿Y ese conjunto alerón-difusor que dejan en ridículo al mismísimo Bugatti Divo?

Mansory Centuria

Dicho esto, debemos reconocer el valor y atrevimiento de Mansory, por lanzarse a preparar un coche que cuesta 2,5 millones de euros. Eso sí, la parte mecánica no recibe modificaciones, por lo que el motor 8.0 W16 se mantiene intacto, con cuatro turbos, 1.500 CV y 1.600 Nm de par máximo. 

Todo, para asegurar unas prestaciones de escándalo: 420 km/h de velocidad punta y 2,4 segundos en la aceleración de 0 a 100.