Alonso entró en boxes en la última vuelta con un problema en la suspensión trasera derecha. Había montado neumáticos nuevos durante el Safety Car del primer giro para tratar de llegar al final, pero hizo pocos progresos y volvió a caer al final del pelotón, tras montar los ultrablandos en un intento por lograr la vuelta rápida.
Al comienzo de la carrera, el ingeniero de Alonso, Will Joseph, le informó por radio de las posibilidades de que cayera lluvia y de que había opciones de cazar a Carlos Sainz –quinto en ese momento– cuando parase.
Pero Alonso perdió contacto con la cabeza del grupo medio y más tarde apuntó en la radio que no le "importaba demasiado" lo que pasara en carrera.
Preguntado por ello más tarde, el español dijo que el equipo no estaba siendo realista.
"En la radio, el equipo estaba totalmente sobreexcitado, diciéndome la diferencia con el quinto, con el sexto...", respondió. "Era último tras el Safety Car y tenía un problema de sobrecalentamiento de frenos. Tuve un juego de neumáticos para toda la carrera porque paramos en la vuelta 1 a montar los blandos, por lo que creo que era una carrera a la defensiva".
"No era frustración, pero sabíamos que este fin de semana íbamos a ser muy poco competitivos".
Alonso apuntó que fue "con el pie cambiado" desde el comienzo, porque ninguno de los pilotos que habían evitado los incidentes saltándose las escapatorias fueron sancionados.
"Desde el comienzo tuvimos que evitar muchos accidentes delante de nosotros", añade. "La gente parecía cortar el circuito y nada pasó. Nosotros seguimos en pista y nos quedamos últimos por ello."
El español luego trompeó mientras luchaba con Sebastian Vettel justo después de la resalida y sintió que el de Ferrari debería haberle dado más espacio.
"Le fue bien esta vez, pero otras no le irá tan bien", apuntó.
Paul Ricard fue el fin de semana menos competitivo de 2018 para McLaren, con ambos coches eliminados en Q1 y Vandoorne acabando solo 12º el domingo.
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Fuente: Motorsport.com