¿Te imaginas un Land Rover con el que llegar donde nunca antes otro ha llegado? Pues existe y ahora te puedes comprar uno. El fabricante británico se ha ganado una merecida reputación por la robustez de sus vehículos, demostrada a lo largo de los años. Modelos como la segunda generación, fabricada en 1958 y de la que todavía hoy podemos ver ejemplares circulando por las carreteras de medio mundo.
Pero puestos a conseguir una mayor versatilidad en el campo, muchos aficionados a la marca inglesa decidieron transformar sus vehículos en modelos con orugas metálicas, como fue el caso de James A. Cuthbertson, de Biggar, en el condado de Lanarkshire (Escocia).
Se transformaron alrededor de 20 unidades y desconocemos cuántos existen hoy día en buen estado. Aunque lo más probable es que el que estás viendo sea el mejor conservado de todos.

Land Rover Cuthbertson de 1958, el todoterreno definitivo
Cuthberston desarrolló un subchasis, por la parte inferior, para acomodar las cadenas, y sobre el mismo, engarzó el chasis y la carrocería de un Land Rover Serie II. Las ruedas dejaron paso a piñones dentados, del mismo tamaño. El todoterreno también estaba equipado con una dirección asistida que le permitía girar a la derecha y a la izquierda.


No necesitamos recalcar que el Land Rover Cuthbertson no fue concebido para circular rápido. Así lo demuestra la velocidad máxima del vehículo, cifrada en aproximadamente 32 km/h.
La intención a la hora de fabricar este modelo era abordar los terrenos más complicados, incluso para los todoterrenos más habilidosos. Curiosamente, los Land Rover de Serie II resultaron ser muy útiles para el ejército, a la hora de llevar a cabo misiones de limpieza de explosivos, ya que resultaban mucho más ligeros que un tanque.

La unidad que estás contemplando se encuentra a la venta y fue una de las primeras transformadas. La restauración acaba de finalizar y de ahí su aspecto impecable. La casa de subastas Bonhams lo expondrá el próximo mes de septiembre, durante las actividades del Goodwood Revival.

La casa de subastas calcula que la puja oscilará entre las 50.000 y las 60.000 libras esterlinas (entre 57.000 y 68.000 euros). Sin duda, hablamos de uno de los vehículos más exclusivos y llamativos que habrás visto en los últimos años. Permaneceremos atentos para confirmar si, a partir del mes de septiembre, tiene un nuevo dueño con el que disfrutar de cualquier montaña, por escarpada que sea.
Fuente: Motor1.com