Abarth 695 biposto
Sin duda, la creación más alocada y bestial de la firma del escorpión en muchos años. Presentado a finales de 2014, estuvo a la venta hasta otoño de 2016, con un precio de 40.900 euros. De este modo, se convertía en el Abarth más potente, exclusivo y prestacional de la gama. Y, según palabras del fabricante, también en el más rápido que hubiera fabricado en serie. Una especie de coche de competición... con el que moverse todos los días.
Para rematar el conjunto, se empleaban llantas de aleación OZ Racing, frenos Brembo específicos, sistema de escape Akrapovic, suspensión mejorada... Además, podía equipar opciones tan llamativas como la transmisión manual Dog Ring, que permitía subir de marchas sin necesidad de pisar el embrague (su inclusión venía acompañada de un diferencial autoblocante delantero) o unas ventanillas más ligeras, fabricadas en material termoplástico.
Bajo el capó, recurría a un motor turboalimentado de gasolina, de 1,4 litros de cilindrada, que aseguraba 190 CV de potencia. Pero eso no era lo mejor, ya que, en la búsqueda del menor peso, prescindía de los asientos traseros, el equipo de sonido, el climatizador... De este modo, se conseguía alcanzar los 230 km/h y acelerar de 0 a 100 en 5,9 segundos.
Hoy en día, el Abarth más potente que se puede encontrar en los concesionarios de la marca, desarrollado sobre el 500, es el 595 Competizione, con 180 CV.
Audi A1 quattro
En este caso, se trataba de una serie especial, limitada a 333 unidades, presentada por Audi a finales de 2011 y que contaba con un precio de 53.600 euros. Además de lucir una estética totalmente exclusiva, al más puro estilo WRC, en la que destacaban el alerón posterior o las llantas de aleación de 18 pulgadas (de estética monotuerca), contaba con algunos alicientes mecánicos.
Por ejemplo, la inclusión del propulsor turboalimentado de gasolina 2.0 TSI, con 256 CV de potencia y 350 Nm de par máximo, entre 2.500 y 4.500 rpm. También, el hecho de contar con una caja de cambios manual, de seis marchas, o el sistema de tracción total quattro.
Trabajando en conjunto, esta combinación permitía al conductor alcanzar los 245 km/h y acelerar de 0 a 100 en apenas 5,7 segundos.
Actualmente, con la llegada de la segunda generación del modelo, y la 'extinción' del S1, toca conformarse con la versión el 40 TFSI, con un motor 2.0 de cuatro cilindros y 200 CV de potencia.
Citroën DS3 Racing
Nacido como una serie limitada, en el año 2010, el DS3 Racing acabó convirtiéndose en el tope de la gama DS 3, cuando Citroën desapareció de la ecuación.
En esencia, se trataba de un utilitario deportivo dotado de una evolución del motor 1.6 THP, que declaraba 203 CV de potencia. Y, aunque puede que su dinámica fuera un poco menos 'certera' que la de algunos de sus rivales (el MINI Cooper S de la época, por ejemplo), conducirlo era toda una experiencia.
A fin de cuentas, aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y contaba con una puesta a punto específica, que incluía vías más anchas, una puesta a punto específica de la suspensión y la dirección...
Ahora, el enfoque de DS va en otro sentido: todocaminos, acabados lujosos, modelos electrificados... Difícil imaginar un modelo así de 'salvaje' en la gama.
MINI Coupé
Con la llegada de la última generación, MINI se ha dejado por el camino parte del ADN de conducción que nos enamoró después de su retorno... y unas cuantas carrocerías. Entre ellas, la conocida como Coupé que, junto con el Roadster, explotaron la variante más lúdica del modelo británico.
En el caso de nuestro protagonista, contaba con una gama compuesta por mecánicas de entre 122 y 211 CV de potencia; esta última, correspondiente a la versión que nos interesa: el MINI John Cooper Works Coupé.
Sin duda, en ese momento, lucía las mejores características dinámicas de la marca: peso razonablemente reducido, dirección incisiva, suspensión firme en extremo, sonido adictivo, agilidad en los cambios de dirección... Además, la guinda la ponía el excelso motor turboalimentado de gasolina, con 1,6 litros de cilindrada, que aseguraba una velocidad máxima de 240 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 6,4 segundos.
En las últimas fechas, todos los integrantes de la familia John Cooper Works moderna han alcanzado los 231 CV de potencia.
Toyota Yaris GRMN
Aunque parezca contradictorio ver un coche tan nuevo en una lista como esta, su presencia está más que justificada. A fin de cuentas, con la marca volcada en la tecnología híbrida, resulta difícil pensar que volvamos a conducir un Yaris como este.
A fin de cuentas, estamos hablando de un modelo puesto a punto por Gazoo Racing y dotado de un motor 1.8 sobrealimentado, con 212 CV de potencia. Acompañado por una caja de cambios manual de 6 velocidades, sus prestaciones no se quedaban atrás: alcanzaba una velocidad máxima de 230 km/h (autolimitada) y aceleraba de 0 a 100 en 6,4 segundos.
Para añadir más exclusividad al asunto, de las 600 unidades construidas, solo 400 llegaron a Europa. Y de ellas, apenas cinco se quedaron en España... tras pagar algo más de 34.000 euros. Por supuesto, se agotaron en menos de 72 horas.