Fundada en 2018, en pocos años, CUPRA ha conseguido conquistar a numerosos clientes, primero dando un nuevo aire (más deportivo) a la gama SEAT, aplicando su propio logo, y después con sus propios modelos.
Un éxito que explotó con el Formentor (un SUV coupé compacto con potencias de 150 a 390 CV) y que no cesa, apostando tanto por motores tradicionales como por cadenas cinemáticas electrificadas y 100% eléctricas.
Sin embargo, en el horizonte empiezan a vislumbrarse 'nubarrones', como los aranceles impuestos por la Comisión Europea a los coches eléctricos producidos en China. Entre ellos, el CUPRA Tavascan, un SUV eléctrico de tamaño medio y fabricado en la planta de Volkswagen en Anhui, explotada por una empresa conjunta con el grupo chino JAC Automobile.
Y esto no es un problema menor para el fabricante español que, tal y como informa la agencia de noticias Reuters, ha lanzado un nuevo llamamiento a Europa a través de su consejero delegado, Wayne Griffiths.
Galería: Primera prueba CUPRA Tavascan 2024
Futuro en riesgo
Precisamente, el 'pasaporte' chino del Tavascan es el problema: los aranceles lanzados por la Comisión afectan, de hecho, a todos los coches sin emisiones producidos dentro de las fronteras del gigante oriental, independientemente de la marca a la que pertenezcan.
"No somos una marca china que intenta invadir el mercado europeo. Los nuestros no son coches para las masas. No están subvencionados. Son algo diferente. Eso es lo que intentamos explicar".
Son declaraciones del propio Griffiths en el acto celebrado en Barcelona con motivo de la presentación del Terramar.
CUPRA Tavascan
El número uno de la compañía automovilística española señaló a continuación que "la marca CUPRA desaparecería" si la Comisión Europea confirma los aranceles, que actualmente son del 21,3% para el Tavascan. El traslado de la línea de producción a una planta europea está descartado, pues la inversión para ampliar la fábrica de Anhui ya se ha realizado.
El problema que destaca Griffiths es que, sin las ventas previstas del Tavascan, CUPRA el año que viene no cumpliría los objetivos de reducción de emisiones de CO2 impuestos por la UE, por lo que se enfrentaría a fuertes multas. Como suele decirse: a perro flaco todo son pulgas.
"Pone en peligro todo el futuro financiero de la empresa. La intención era proteger a la industria automovilística europea, pero para nosotros está teniendo el efecto contrario".
Según Reuters, Griffiths afirmó que actualmente se está negociando a "varios niveles" con la Comisión Europea (junto con los Gobiernos de Alemania y España) para intentar convencer a los dirigentes europeos de que recorten o eliminen los aranceles previstos.
Fuente: Reuters