El Rolls-Royce Cullinan fue clave para que la marca británica estableciera un récord de ventas el año pasado. De hecho, fue el mejor ejercicio de la compañía en sus 116 años de historia, al registrar un aumento del 25% en las matriculaciones respecto a 2018.
Ahora, el SUV inglés es noticia no solo por su éxito comercial, sino también por un modelo a escala 1:8, creado por el propio fabricante de Derby, que es realmente espectacular, por el nivel de detalle que alcanza.
Por supuesto, todos los clientes interesados pueden personalizar su vehículo de juguete para que coincidan con sus todocaminos 'reales'. A fin de cuentas, cada unidad está formada por más de mil componentes individuales.
Con este dato, seguro que no te extraña leer que el coche a escala tarda en construirse alrededor de 450 horas, es decir, la mitad de tiempo necesario para fabricar un Cullinan. Para que te hagas una idea de lo serio que es este proyecto, se puede elegir entre 40.000 colores, todos pintados a mano. Claro, estamos hablando de Rolls-Royce...
El interior es tan perfecto como el exterior, con reposacabezas bordados, acabados de madera e iluminación. Las costuras pueden coincidir exactamente con las del Cullinan del propio cliente.
Como cualquier modelo de gama alta, el Cullinan cuenta con una iluminación exterior completamente funcional, mientras que el motor V12 biturbo, de 6,75 litros y 571 CV, es una réplica perfecta. Todas las puertas se abren también.

Los modelos a escala de compañías como Amalgam muestran detalles inimaginables, que solo pueden conseguirse con muchísimo tiempo de elaboración y las manos más expertas. Lo mismo sucede con esta creación de Rolls-Royce, cuyo precio es para caerse de espaldas: entre 15.700 y 25.120 euros, ¡sin impuestos!
Por cierto, la firma británica también proporciona una vitrina de casi un metro de longitud, que se asienta sobre una base negra brillante y un zócalo, si bien se puede acceder al modelo a través de una ventana. Lujo en dosis más pequeñas...