El 'stuntman' o acróbata austriaco Günter Schachermayr es muy conocido por sus trucos a los mandos de su Vespa. Mientras que la mayoría de los pilotos de acrobacias optan por motos deportivas o naked, Günter prefiere su modesto scooter de dos tiempos. 

Su 'locura' más reciente le llevó al famoso circuito Red Bull Ring de Austria, sede del Gran Premio de MotoGP y F1. ¿La acrobacia en cuestión? Un caballito, pero no uno cualquiera.

Günter intentó establecer un nuevo récord del caballito más largo sobre una Vespa, haciendo un eslalon a través de 60 conos repartidos a lo largo de 400 metros. Todo, con un saco en la cabeza que le impedía ver y respirar.

Stuntman Gunter Schachermayr Sets New Wheelie Record On His Vespa

Vespa sin rueda delantera

Hacer caballitos ya es bastante difícil, y más en una Vespa de dos tiempos. Además, pilotar con los ojos vendados mientras se completa un eslalon requiere unos niveles de concentración de otro mundo, y todo esto resulta aún más complejo por el hecho de que apenas podía respirar.

Para hacer aún más espectacular el reto, la Vespa carecía de la rueda delantera. Como medida de seguridad adicional, Günter contó con un equipo a su lado durante la maniobra. Las órdenes transmitidas por radio a unos auriculares que llevaba Günter le permitían superar los conos con los ojos completamente vendados.

Al Libro Guinness de los Récords

Además, tuvo que someterse a 15 minutos de hiperoxigenación para asegurarse de que no sufriría lesiones a largo plazo. En total, la acrobacia duró dos minutos y 17 segundos, mucho más que el minuto y medio que puede aguantar la respiración un ser humano normal.

Günter estuvo acompañado por más de 30.000 personas en el Red Bull Ring y pudo lograr la hazaña. Ahora, con otro récord a bordo de su Vespa en el bolsillo, él y su equipo han presentado todas las imágenes y la documentación al Libro Guinness de los Récords en el Reino Unido.

Un reto extremo

En un artículo de Ruetir, Günter explicó: "La máscara negra no deja pasar el aire y se aprieta con un cierre alrededor del cuello. Después de los primeros 100 metros te empiezan a zumbar los oídos, después de 200 metros te cuesta oír las órdenes que te llegan por radio, después de 300 metros sólo puedes orientarte y entonces empieza la lucha por la supervivencia".

Y añadió que hacia el final no estaba del todo seguro de que fuera a completar el reto. "Me entró el pánico, pero lo conseguí y estoy encantado de haber establecido un nuevo récord mundial". ¡Enhorabuena a Günter Schachermayr!