Hoy en día, a la hora de comprar un SUV, son muchos los factores que entran en juego, pero, en la mayoría de los casos, la tracción total no entra en la ecuación. Sin embargo, ese no es el caso de Subaru, una marca donde las cuatro ruedas motrices tienen una importancia capital.
De hecho, el sistema Symmetrical AWD (también conocido como Symmetrical All Wheel Drive) es uno de los pilares en los que se sustenta este todocamino compacto, junto con un motor de gasolina de tipo bóxer y una transmisión automática con variador continuo. Si quieres conocerlo un poco mejor, continúa leyendo...
Nueva generación, nueva plataforma
Durante el pasado ejercicio, asistimos a la presentación de la nueva entrega del Subaru XV. Un modelo que se mostró en el salón de Ginebra y que, a finales de año, pudimos probar por primera vez. Entre las principales mejoras, más allá de los cambios que se puedan apreciar en el diseño, destaca la adopción de una nueva plataforma. Estrenada por el nuevo Impreza, servirá como base para múltiples futuros lanzamientos de la marca.
Estéticamente, lo que más cambia es la parrilla frontal, de diseño hexagonal, los faros y luces de conducción diurna o los pilotos. Sin embargo, cinta métrica en mano, la longitud apenas crece 1,5 centímetros, hasta alcanzar los 4,46 metros.
Bien estructurado y con mucho espacio
Ahondando un poco más en la ficha técnica, descubrimos que la batalla del coche crece en 3 centímetros (alcanza los 2,67 metros), lo que incrementa la sensación de confort en el habitáculo. En este sentido, el modelo japonés ofrece un puesto de conducción similar al de un turismo, por ergonomía y altura, mientras que la habitabilidad es bastante buena.
Desde este puesto privilegiado, se aprecia que la consola cuenta con dos pantallas. Por una parte, en la de arriba, se muestra toda la información referente al coche: funcionamiento del sistema de tracción, ordenador de a bordo... incluso, fechas de cumpleaños o de aniversario. Así de detallista es. Por su parte, en la inferior, de 8,0 pulgadas y manejo táctil, el conductor puede gobernar el completo sistema multimedia.
Es cierto, no cuenta con navegador al uso, ni siquiera como un extra de pago. En este caso, Subaru apuesta porque el conductor acceda a los mapas, desde su propio smartphone, a través de los protocolos de conectividad Android Auto o Apple CarPlay.
Centrándonos en las plazas traseras, el espacio es bastante bueno, ya que garantiza una altura libre al techo óptima y un notable espacio para las piernas.
¿Y el maletero? Pues no hay problema a la hora de dar cobijo al equipaje de los ocupantes, ya que la capacidad alcanza los 385 litros. Un buen dato, teniendo en cuenta que se trata de un coche con tracción total.
Por supuesto, con motor bóxer
Si hablamos de la oferta mecánica, el Subaru XV 2018 permite escoger entre dos opciones, ambas de gasolina, con cuatro cilindros bóxer y aspiración atmosférica. Como escalón de acceso, aparece un motor de 1,6 litros de cilindrada y 114 CV de potencia.
Sin embargo, para esta prueba, optamos por la alternativa más poderosa, un bloque con 2,0 litros, que entrega 156 CV y un par máximo de 196 Nm a 4.000 vueltas.
En los dos casos, obligatoriamente, se asocia a la transmisión automática con variador continuo Lineartronic, de siete etapas, que incluye levas tras el volante, por si el conductor desea llevar a cabo los cambios por sí mismo (con bastante precisión, por cierto).
Otro elemento innegociable, como en todo buen Subaru, es la incorporación de la tracción total permanente Symmetrical AWD, igual de práctica a la hora de salir del asfalto... como para transitar sobre firmes deslizantes. Además, cuenta con el apoyo del sistema de reparto selectivo de par Active Torque Vectoring (ATV).
Con esta combinación, el SUV oriental declara un consumo medio de 6,9 litros cada 100 kilómetros, al tiempo que cuenta con una prestaciones bastante destacables: la velocidad máxima es de 194 km/h y la aceleración de 0 a 100 se lleva a cabo en 10,4 segundos.
¿Y la dinámica de conducción? Pues podríamos resumirlo en algo tan sencillo como que es un coche cómodo y estable, que cuenta con unas reacciones nobles. Eso sí, para sentir mejor las diferencias, frente a lo que ofrece la media del segmento, hay que salir del asfalto. En ese ámbito, además de muy efectivo, es un coche tremendamente ágil y bastante divertido de conducir.
Con todo el equipamiento
De los tres acabados disponibles para la gama, Sport, Sport Plus y Executive Plus, el modelo que protagoniza esta prueba cuenta con el más completo de todos. De este modo, no es de extrañar que el Subaru XV 2018 presuma de elementos como el techo solar eléctrico, las llantas de aleación de 18 pulgadas, los asientos delanteros eléctricos, la tapicería de cuero, el climatizador automático bizona, faros con tecnología de tipo LED... De hecho, la única opción disponible es la pintura metalizada, que cuesta 550 euros.
Dicho esto, hay dos elementos que merecen ser analizados por separado. Sobre el asfalto, centrándonos en la seguridad, no podemos pasar por alto el denominado EyeSight, que incluye ayudas electrónicas a la conducción como el control de velocidad de crucero adaptativo y los sistemas de frenada de emergencia automática y de alerta por cambio involuntario de carril.
Y fuera de la carretera, no podemos olvidarnos del ya conocido X-Mode. Al pulsarlo, se optimiza la conducción todoterreno, ya que mejora la respuesta del motor, del sistema de tracción y del equipo de frenos. Además, también se acciona el control de descenso de pendientes HDC.
¿Y el precio? La gama arranca en los 23.300 euros (21.900, con descuentos), aunque en el caso de la versión que nos ocupa, la tarifa asciende hasta los 29.900 euros (28.200, si se aplica la promoción). Esa es la cifra a pagar por un modelo que se sale de lo común, dentro de la categoría.
Subaru XV 2.0i Lineartronic Executive Plus