Como muchos otros coches populares, el Volkswagen Golf se ha utilizado de forma privada en competición prácticamente desde su lanzamiento, pero a finales de la década de 1980 la compañía alemana decidió crear una versión oficial de carreras para aprovechar el éxito de los rallies en la época.
Así nació el Volkswagen Golf Rallye, un interesante modelo con una apariencia específica y que se producía en Bruselas, de donde salieron 5.000 unidades, y que rápidamente se convirtió en un objeto de culto para los amantes del fabricante de Wolfsburgo.
Galería: Volkswagen Golf Rallye (1989-1991)
Un GTI musculado
El Golf Rallye se basó en el Volkswagen Golf II, la generación más longeva y prolífica del modelo, que además fue la que contó con más variantes disparatadas, incluido el Golf Cross, una versión sobreelevada de tracción a las cuatro ruedas, que también fue un laboratorio sobre ruedas de soluciones técnicas.
Una de estas innovaciones fue el motor G60, un bloque basado en el 1,8 litros del Golf GTI, pero con un compresor G60 que llevaba la potencia hasta los 160 CV. La mayoría de ejemplares montaban culata de 8 válvulas, pero hubo doce exclusivas unidades que montaron una culata de 16 válvulas y que alcanzaban los 210 CV de potencia.
Motor G60 del Volkswagen Golf Rallye de 1989.
En todo caso, el Golf G60 Rallye, que sirvió para homologar el coche de carreras, contaba con tracción a las cuatro ruedas Syncro, de diferencial viscoso, y lucía un kit de carrocería específico, que convertía el coche en un modelo más agresivo y con formas más cuadradas, al estilo del Lancia Delta.
A pesar de tener la misma potencia que un Golf GTI de la época, este Golf Rallye era algo más lento debido al sistema de tracción total, que lo lastraba ligeramente: aceleraba de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos (tres décimas más) y alcanzaba 209 km/h en lugar de los 216 km/h del GTI.
Lo más llamativo del Rallye era sin duda su aspecto, que como hemos dicho estaba caracterizado por un aspecto más cuadrado, por un kit de carrocería específico y también por unos faros cuadrados, más al estilo Volkswagen Corrado, que sustituyeron a los faros redondos del GTI.
Entre la dotación de serie del modelo destacaban el ABS, la dirección asistida, volante deportivo o asientos Recaro, además de llantas de aluminio de 15 pulgadas, calzadas con neumáticos en dimensiones 205/50 R15.
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