La última vez que conduje un Lamborghini, pensé en lo especial que era el coche que llevaba. Me refiero al Sián, el primer superdeportivo electrificado de la marca italiana. Si te soy sincero, no habría imaginado que, unas semanas después, estaría a bordo del Tecnomar Lamborghini 63, un velocísimo yate de lujo nacido de la colaboración entre Lamborghini y el astillero italiano Sea Group.
Un supercoche del mar
Para celebrar el año en que Ferruccio Lamborghini fundó la empresa, las dos marcas colaboraron con el fin de crear una edición limitada a 63 ejemplares, como sugiere el número del nombre de la embarcación. De hecho, también hace referencia a su eslora: 63 pies, o 20 metros totales, para usar la jerga náutica. La anchura, en cambio, es de 5,4 metros, mientras que el peso llega a 24 toneladas (24.000 kilos).
Pero 63 es también el número previsto por Lamborghini para la producción del Sián, el deportivo a partir del cual nació el proyecto de una embarcación de cualidades únicas, un yate de lujo con prestaciones propias de embarcaciones más compactas. Por supuesto, tiene un vínculo fuerte con la marca de automóviles de Sant'Agata Bolognese, que surge no solo en el aspecto exterior.
El ambiente que pueden respirar hasta 12 pasajeros a bordo es mucho más 'Lamborghini' de lo que se podría pensar. Las formas y los materiales -incluso la instrumentación frente al conductor- reproducen fielmente los componentes utilizados en la construcción de los coches de la marca del toro. Así sucede tanto en las zonas exteriores, en la cubierta, como en el interior, con la posibilidad de configurar los detalles al gusto a través del mismo programa Ad Personam que se utiliza para personalizar los superdeportivos boloñeses.
4.000 CV
E incluso por rendimiento es el 'Lamborghini del mar'. Estamos hablando de la embarcación más rápida de la flota Tecnomar, que alcanza una velocidad máxima de 60 nudos (o 111 km/h), con un ritmo de crucero de 40 nudos (75 km/h). Por su parte, la autonomía alcanza las 210 millas náuticas (389 kilómetros), para un total de 10 horas de navegación, gracias a un depósito de combustible de 3.600 litros. Por cierto, el consumo de los dos motores diésel biturbo MAN de 4.000 CV, con nada menos que 24,0 litros de cilindrada, es de 360 litros/hora.
Pero la deportividad de este proyecto también se ha buscado en todos aquellos aspectos técnicos que tienen que ver con las hélices, o las características del casco, como los patines que desvían el flujo de agua, ayudando al propio casco a generar sustentación.
En este punto, también destacan los llamados escalones, que controlan la estabilidad longitudinal de la embarcación, además de favorecer la elevación de la misma, guiando la separación del flujo de agua a alta velocidad e invitando a la entrada de aire bajo el casco, facilitando el deslizamiento y disminuyendo la resistencia hidrodinámica.
Máximo rendimiento
Para optimizar el rendimiento durante la fase de planeo, también hay aletas ajustables que permiten variar la posición de la embarcación con respecto al agua. Por otro lado, términos como 'balanceo' o 'cabeceo', que solemos utilizar cuando hablamos de coches, derivan del mundo náutico, y éste es un barco en el que los ingenieros han prestado mucha atención al mantenimiento del rumbo, ya que es capaz de alcanzar velocidades muy altas incluso en crucero, no solo en términos absolutos.
También se ha tenido en cuenta la aerodinámica, como en el caso de la forma del techo rígido, que es más grande que las estructuras que se suelen utilizar en las embarcaciones de este tipo para protegerse del sol o de la intemperie.
Todo ello con un precio de partida de algo más de tres millones de euros, por lo que no está tan lejos del valor del Lamborghini Sián en el que se ha inspirado este proyecto (puedes conocer más aspectos viendo el vídeo).
Si pudieras gastar esta cantidad de dinero en un capricho así, ¿cuál de los dos Lamborghini elegirías?
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