Hay pocos automóviles que pueden ser considerados como un Gran Turismo. Probablemente, se deba a que un verdadero GT es un vehículo muy especial, diseñado para alcanzar velocidades impensables para el resto de modelos. Vehículos tan veloces como lujosos y cómodos, con una línea tan elegante que lleva a preguntarse al resto de conductores "¿Qué demonios es eso que me acaba de adelantar?". Pues tenemos respuesta a esa pregunta. Se trata del nuevo Aston Martin DBS Superleggera, que podría considerarse como el mejor GT de la historia... al menos, por el momento.
¿Cómo es el deportivo británico?
La carrocería del Aston Martin DBS Superleggera está diseñada para tremendamente atractiva, pero también, para dar cabida al enorme bloque V12, con 5,2 litros de cilindrada, que está ubicado lo más bajo posible. Además, el vehículo anuncia un reparto de pesos del 51% en el eje delantero y de un 49% en el trasero. Marek Reichman, diseñador jefe de Aston Martin, ha abandonado la parrilla clásica del DB11, con lamas horizontales, en favor de una de panal de abeja, que mejora la 'respiración' del motor.
Asimismo, el nuevo frontal puede canalizar el aire de una forma más efectiva y genera una mayor carga aerodinámica. Pero todas esas horas de trabajo en el túnel del viento, podrían no servir para nada si el resultado estético no fuera satisfactorio. Sin embargo, podemos afirmar que el DBS Superleggera es el Aston Martin Vantage más bello desde mediados del año 2000.
Tiene un aspecto más musculado y esbelto que el DB11, obligando a detenerse para admirarlo, a todos aquellos que se cruzan en su camino. Los pilotos con efecto ahumado, el difusor fabricado con fibra de carbono y los escapes integrados ofrecen una magnífica apariencia del DBS Superleggera.
Lo único que está fuera de lugar son las letras "DBS" en la carrocería. Lo sé, soy pedante, pero creo que su presencia resulta innecesaria. Afortunadamente, el único distintivo visible mientras se conduce es el de "Superleggera", que te hace sentir como un caballero de la aristocracia británica.
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Las buenas sensaciones se mantienen en el interior, con un diseño elegante y un ensamblaje de los diferentes elementos ejemplar. He de decir que los asientos me han mimado y refrescado durante los cientos de kilómetros de la prueba. El único defecto que debo señalar tiene que ver con la posición de conducción, un poco alta para mi gusto. Además, los asientos traseros no están tan bien resueltos como los delanteros. Tampoco conviene olvidarse del sistema de infoentretenimiento, derivado de Mercedes-Benz, con un manejo mucho más intuitivo que en otros modelos de la casa británica.
¿Cómo se comporta en la carretera?
Dije antes que el DBS Superleggera podría ser el mejor GT de la historia. Esto no debería ser demasiado sorprendente, dado que Aston Martin siempre ha estado ligado al concepto de Gran Turismo. Sin embargo, el DBS ha superado todo lo anterior. Así es, entre otros aspectos, porque en el pasado los modelos de Gaydon no podían mantener el ritmo de otros rivales como Ferrari, Porsche o Bentley, con mecánicas más potentes. Ahora, el DBS Superleggera ofrece 725 CV de potencia gracias al empuje de dos turbocompresores. Una cifra que te permite disfrutar de la conducción a raudales, como pude descubrir circulando por autopistas de velocidad ilimitada alemanas.
A pesar del tráfico, pude mantener velocidades de crucero cercanas a los 210 km/h. Si hubiese forzado la máquina podría haber alcanzado los 340 km/h sin ningún problema. Tampoco conviene dejar pasar el poder de aceleración del modelo británico que, en el 0 a 100 km/h, anuncia un tiempo de 3,4 segundos, gracias al monstruoso par motor disponible de 900 Nm.
No obstante, al superar las revoluciones máximas de par motor, se nota la falta de progresividad de la mecánica y tenemos la sensación de ver como se desinfla, como un suflé al sacarlo del horno antes de tiempo. Nada que objetar a la puesta a punto de la transmisión automática de ocho velocidades, obra de ZF, aunque debemos subrayar que la unidad que hemos probado era un vehículo preproducción y, por lo tanto, es probable que esa entrega de potencia y par motor sean un poco diferentes en el modelo definitivo de producción. Obviamente, esto no significa que el Superleggera sea un vehículo lento, de hecho en la maniobra de aceleración de 0 a 100 km/h es más rápido, por ejemplo, que un McLaren 570GT.
Si pisas el acelerador con decisión, el V12 te aplastará contra los asientos de cuero y el sonido del bloque solo podemos calificarlo como una gran banda sonora. La cabina se inunda de una melodía cálida y relajante, como solo un V12 puede conseguir. La caja de cambios montada en la parte trasera, asegura una transición entre marchas rápida y precisa, así como la dirección, no demasiado pesada y capaz de filtrar las imperfecciones del suelo. Hereda del DB11 elementos como la suspensión adaptativa, ajustable en tres modos: GT, Sport y Sport +; el modo GT resultó ser el más equilibrado, porque con el Sport +, se percibe una rigidez superior y modificando la estabilidad del DBS Superleggera.
Una curiosidad
No es la primera vez que Superleggera y Aston Martin unen sus fuerzas. La Carrozzeria Touring Superleggera es, de hecho, responsable del diseño de lo que se conoce como la edad de oro de Aston Martin, con la creación de modelos tan icónicos como los DB4, DB5 y DB6.
¿Qué precio tiene?
El precio de partida del Aston Martin DBS Superleggera comenzará alrededor de los 270.000 euros. Sin embargo, el modelo probado añadía numerosos elementos opcionales como la extraordinaria pintura White Stone, elementos exteriores de fibra de carbono, la tapicería de cuero bicolor, el sistema de sonido Bang & Olufsen y los asientos ventilados, por citar solo unos ejemplos. Los responsables de la firma de Gaydon todavía no han facilitado el listado oficial de precios, pero si realizamos un cálculo aproximado, esta unidad podría estar, fácilmente, en los 300.000 euros. Una cifra excepcional, para un GT extraordinario.
Aston Martin DBS Superleggera 2019