Mirar al pasado para esbozar el futuro, especialmente en la actualidad, se ha convertido en algo más que una práctica esporádica. En Alfa Romeo ocurre continuamente, no sólo desenterrando nombres gloriosos como los 8C, Giulia y Giulietta, sino también retomando importantes claves de su diseño y filosofía.
Esto también ocurrirá con el próximo deportivo que Alfa Romeo ha anunciado que desvelará el 30 de agosto y que parece inspirarse en un auténtico icono de los años 60, el 33 Stradale, un coche en el que la tecnología y el glamour siguen fundiéndose, décadas después, en un vehículo único.
De la resistencia a la carretera
Desde finales de los años 60 y durante aproximadamente una década, las siglas 33 (Tipo 33, en su totalidad) identificaron a una familia de coches de carreras muy exitosa y célebre, campeones del mundo en la categoría Sportprototype en 1975 y 1977.
Al principio de su carrera, sin embargo, también se fabricó un modelo de carretera, en una serie muy pequeña, que adoptó algunas de sus características técnicas, incluido el motor de ocho cilindros en posición central-trasera.
Alfa Romeo 33 Stradale 1967-1969
Con la aerodinámica guardando un papel importante, aunque todavía no vital como en la actualidad, el diseñador Franco Scaglione definió una línea de gran equilibrio, sin apéndices pero con formas sinuosas y seductoras, de cuya realización se encargó Carrozzeria Marazzi.
Alfa Romeo 33 Stradale 1967-1969, el motor V8
El motor, por su parte, era un V8 derivado de la unidad de carreras y llevaba la firma de Giuseppe Busso, autor de más de un motor famoso.
Estaba fabricado en aluminio y magnesio, tenía una cilindrada de sólo 2,0 litros con medidas supercuadradas, es decir, un diámetro mayor que la carrera, lo que ofrecía, entre otras, las ventajas de unas revoluciones más altas y un sonido más envolvente. La puesta a punto y el desarrollo corrieron a cargo de Carlo Chiti. La potencia era de 230 CV a 8.800 rpm.
Alfa Romeo 33 Stradale 1967-1969, el puesto de conducción
Muy pocos y (hoy) impagables
El Alfa Romeo 33 Stradale debutó en el Salón de Turín de 1967, aunque unas semanas antes se ofreció al público un anticipo en el Gran Premio de Monza.
Y la pista sería fácilmente un destino predilecto para este coche, capaz de alcanzar los 260 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos, gracias a las prestaciones del motor pero también a un peso de sólo 700 kg.
Alfa Romeo 33 Stradale 1967-1969, la zaga
Lo que lo hizo posible fue la construcción del bastidor tubular de acero y magnesio y una distancia entre ejes ligeramente mayor que la del coche de competición, para ofrecer un mínimo de confort adicional, mientras que las puertas de apertura vertical eran una concesión a la pura fascinación.
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Sólo se construyeron una veintena de 33 Stradale entre 1967 y 1969, 18 para ser exactos, y se vendieron por 9.750.000 liras (unos 5.100 euros al cambio actual), dos millones más que el Lamborghini Miura, que costaba 7.700.000 liras.
Hoy puede cambiar de manos por sumas astronómicas, a veces incluso por encima de los 10 millones de euros. Un ejemplar se conserva en el Museo Alfa Romeo de Arese.
Galería: Alfa Romeo 33 Stradale 1967-1969
