Al igual que el mundo tiene sus siete maravillas, si me permites la comparación, el mundo del automóvil también debería tenerlas. Y puestos a imaginarnos cómo sería, el McLaren F1 merecería, por méritos propios, ocupar una plaza en tan selecto club. Un superdeportivo diseñado por Gordon Murray, del que apenas se fabricaron poco más de 100 vehículos, entre las unidades de calle y las de competición, entre 1992 y 1998. Además, en su época fue uno de los deportivos más caros de adquirir.
McLaren F1, cuerpo británico con alma alemana
Un modelo pensado para conseguir las mejores prestaciones, con una aerodinámica muy avanzada a su tiempo y con un interior muy llamativo con solo tres asientos. Bajo el capó se escondía una potente mecánica atmosférica de gasolina, con arquitectura V12 de origen BMW. Con una cilindrada de 6,0 litros, desarrollaba una potencia de 635 CV y estaba asociada a una caja de cambios manual de 6 velocidades. Además, el chasis monocasco estaba construido con fibra de carbono, aunque también se utilizaron otros materiales ligeros y resistentes como el magnesio, el titanio o el kevlar.
Respecto a las prestaciones, resultaban igualmente espectaculares. Era capaz de acelerar, de 0 a 100 km/h, en solo 3,4 segundos y de recorrer 400 metros desde parado en solo 10,3 segundos. Asimismo, el peso del conjunto apenas era de 1.140 kilos y la velocidad punta llegaba a 380 km/h. Por si fuera poco todo lo anterior, la versión de competición consiguió alzarse con la victoria en las 24 Horas de Le Mans en 1995, aumentando todavía más su leyenda.
La unidad que puedes contemplar en estas imágenes ha sido retratada por nuestro fotógrafo KVC, coincidiendo con el McLaren Tour para celebrar los 25 años desde la fabricación del primer McLaren F1. Se trata de la versión más sencilla que se fabricó y está vestida en un tono púrpura que aumenta la elegancia visual de este deportivo, por el que parecen no pasar los años.