De vez en cuando, a BMW le gusta 'regalarnos' algún deportivo más especial de la cuenta, llamado a convertirse en un modelo de culto. Ya lo hizo con el BMW M3 CSL, en 2003, pero también con el BMW M4 GTS, en 2016.

Y para la gran fiesta del 50 aniversario de BMW M, una de las guindas del pastel fue recuperar las siglas CSL, siempre asociadas a la ligereza. Y así nació el BMW M4 CSL que protagoniza esta prueba en vídeo, un modelo potenciado y aligerado, creado como una edición limitada a 1.000 ejemplares y, por supuesto, con un diseño que permite distinguirlo rápidamente.

Disponible en tres combinaciones de color, las denominadas Alpine White, Black Sapphire metalizado y Frozen Brooklyn Grey (el de nuestra unidad de pruebas), hablamos de un biplaza del que apenas llegarán un puñado de ejemplares a nuestro mercado, a cambio de un precio de 209.900 euros.

Y sí, has leído bien: a diferencia de lo que ofrece el recién presentado BMW M3 CS, el M4 CS es un biplaza. Porque la máxima ligereza en este coupé exige 'sacrificios' como prescindir de los asientos traseros...

El BMW M4 CSL, en cinco puntos clave:

Diseño

De un simple vistazo, salta a la vista que nos encontramos ante un modelo muy especial, en el que destacan los logos del 50 Aniversario de BMW M y su aerodinámica específica, con el espectacular (y delicado) splitter delantero de carbono o el gran difusor trasero. Elementos que se ven complementados por detalles en color negro como las salidas de escape o las llantas forjadas, que son de 19 pulgadas delante y de 20 detrás.

Mención aparte merece el alerón trasero, que al contrario del gran ala que lucía el mencionado M4 GTS (configurable manualmente, además), está integrado en la propia tapa del maletero, recurriendo a lo que podríamos denominar como una vistosa y llamativa 'cola de pato'.

Aun así, si todas esas pistas no son suficientes para distinguir al CSL, también puedes reconocerlo por el diseño especial del capó y la parrilla o por sus exclusivos faros y pilotos BMW Laser. De hecho, los detalles amarillos en los grupos ópticos delanteros, solo aparecen en modelos pensados para circuito o inspirados en el mundo de la competición, como también sucede con el M3 CS o con el hiperexclusivo BMW 3.0 CSL.

Prueba BMW M4 CSL

Interior

Tanto en el interior como en el exterior del coche, el camino a seguir lo marca la ligereza, con distintas medidas para reducir el peso hasta en 100 kilos, quedándose en un total de 1.625. A fin de cuentas, las siglas CSL hacen referencia a los términos Competition, Sport y Lightweigth. 

Y si la ligereza en el exterior se traduce en la inclusión de elementos en CFRP como el techo, el capó o la tapa del maletero, pero también, en unos discos de freno carbocerámicos, unas llantas más ligeras o el silencioso de titanio, en el interior se va un paso más allá.

Porque sí, hay un montón de elementos en carbono, desde las molduras decorativas hasta las levas del cambio automático. Pero lo que marca la diferencia es la supresión de los asientos traseros, lo que permite ahorrar 21 kilos y ofrecer un espacio de carga 'extra', en el que se pueden colocar, sin ir más, lejos, un par de cascos cuando se va a un 'track day'.

Tampoco se quedan atrás los asientos delanteros, donde nos encontramos con los espectaculares baquet M Carbon, que sujetan el cuerpo a la perfección, aunque no sean la opción más cómoda para el día a día, tanto por su rigidez como por el hecho de que no facilitan en exceso el acceso al habitáculo.

Del mismo modo, permiten reducir otros 24 kilos el peso total del conjunto, ayudando a alcanzar una relación peso-potencia de 3,0 kilos por CV… aunque debemos reconocer que su ajuste no es nada sencillo. De hecho, solo se pueden mover longitudinalmente, ya que el respaldo es fijo y la altura se debe modificar en el taller.

Prueba BMW M4 CSL
Prueba BMW M4 CSL
Prueba BMW M4 CSL

Mecánica

'Encerrado' entre una espectacular barra de refuerzo entre torretas, que ocupa gran parte del vano motor, nos encontramos con un viejo conocido en mejor forma que nunca, como es el propulsor S58.

Un motor que recibe una espectacular evolución, con cambios en la gestión electrónica y en la presión de soplado del turbo, acompañados por nuevos soportes, tanto para el propio motor como para la transmisión, que recordemos se trata de la automática con convertidor de par M Steptronic, de ocho velocidades.

Así, el bloque de seis cilindros en línea, con 3,0 litros y dos turbos, alcanza los 550 CV de potencia (40 CV más que el M4 Competition) y los 650 Nm de par máximo, que se envían directamente a las ruedas traseras. Recordemos que los M3 y M4 Competition, así como el exclusivo M3 CS, recurren a la tracción total M xDrive.

Prueba BMW M4 CSL

En marcha

Nada más arrancar el motor, te das cuenta rápidamente que se trata de un modelo con alma. Puede que sea el tacto general del coche, o el hecho de que al prescindir de gran parte del material aislante, el sonido del motor y el escape llegue sin filtro al habitáculo. Pero en cualquier caso, todo te hace sentir que vas a disfrutar mucho con el CSL... pero también, que te va a exigir al máximo en la conducción.

También, que en cierto modo te va a 'abrumar' un poco con todas las opciones que ofrece al conductor, desde un modo que te permite evaluar tus habilidades como 'drifter', hasta las 10 posiciones en las que puede configurarse el control de tracción, pasando por los dos modos de funcionamiento del equipo de frenos, que modifican el tacto del pedal.

Por suerte, los botones M1 y M2, integrados en el volante, permiten memorizar distintas opciones de puesta a punto (de motor, transmisión, dirección, suspensión...), simplificando mucho la tarea a la hora de modificar el comportamiento del coche, algo que se hace de manera instantánea.

Y es que, en un modelo como este, cuanto más tiempo tengas las dos manos en el volante, mucho mejor. Porque hablamos de un coupé que alcanza los 3,7 segundos en la prueba de aceleración de 0 a 100 km/h y los 307 km/h de velocidad punta, pero también, que exige al máximo al conductor.

Prueba BMW M4 CSL

Indudablemente, es un coche muy veloz. Y así lo demuestra el hecho de que se convirtiera en el BMW de producción más rápido en el circuito de Nürburgring Nordschleife, con un tiempo de 7 minutos y 20 segundos. Así que, tener de tu lado un cambio tan rápido y preciso como es el M Steptronic es un punto a su favor.

Por supuesto, los cambios también llegan a la suspensión adaptativa M, que permite reducir la altura al suelo en 7,6 mm e integrar estabilizadoras más gruesas. Detalles, junto con la anteriormente mencionada nueva barra de torretas delantera de aluminio, destinados a aumentar la firmeza y rigidez de un modelo pensado para circuito, pero que también deslumbra en carretera.

Prueba BMW M4 CSL

Y lo hace con una dirección verdaderamente precisa, un equipo de frenos que aguanta con entereza el trato más exigente y una suspensión verdaderamente firme, que transmite hasta la última irregularidad del asfalto, pero también, mantiene el coche en su línea, siempre y cuando manejemos bien los tiempos. Sobre todo, el de abrir gas a la salida de las curvas.

Porque no nos engañemos, este no es un coche para todos los públicos. Es un deportivo de raza, en el que la zaga va bastante 'suelta', siempre jugando contigo e involucrándote en la conducción.

Incluso, permitiéndote llevar a cabo derrapadas de escándalo, si dispones de un circuito y unas manos privilegiadas. Pero con él, también he tenido la sensación de que, si te despistas un segundo o cometes un solo error, por pequeño que sea, puede que lo acabes pagando caro.

Prueba BMW M4 CSL

Equipamiento y precio

Con un precio en nuestro mercado de 209.900 euros, obviamente, no hablamos de un deportivo para todos los públicos, tampoco desde el punto de vista económico. De hecho, seguramente, acabe por convertirse en un vehículo de colección, que se revalorice con el paso de los años. 

A fin de cuentas, con un mundo del automóvil que se dirige sin freno hacia el mundo de lo eléctrico, ¿cuánto tiempo más seguiremos disfrutando de deportivos tan puros como este, ajenos a la influencia de la electrificación?

Seguramente, no demasiado, de ahí que hayamos disfrutado al máximo de la prueba de este BMW M4 CSL, como si de un último baile se tratara...

BMW M4 CS

Motor Gasolina, 6 cilindros en línea, biturbo, 2.993 cm³
Potencia 550 CV a 6.250 rpm
Par máximo 650 Nm entre 2.750 y 5.950 rpm
Caja de cambios Automática con convertidor de par M Steptronic, 8 velocidades
0-100 km/h 3,7 s
Velocidad máxima 307 km/h
Consumo 9,9 l/100 km
Longitud 4,79 m
Anchura 1,92 m
Altura 1,39 m
Peso en vacío 1.625 kg
Número de asientos 2
Capacidad del maletero 440 l
Precio base 209.900 euros