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Análisis

¿Cómo ha conseguido Ducati la moto más versátil de la parrilla?

La relevancia que Ducati da a sus escuderías satélite y el empeño de Andrea Dovizioso en mejorar la capacidad de giro de las últimas Desmosedici permiten que la marca italiana disfrute ahora de la moto más versátil de la parrilla, capaz de llegar al podio con hasta cinco pilotos distintos.

Francesco Bagnaia, Ducati Team

Francesco Bagnaia, Ducati Team

Gold and Goose / Motorsport Images

El champán que este domingo se descorchó en el taller del Esponsorama nada más terminar la carrera de MotoGP estaba más que justificado si tenemos en cuenta qué se celebraba. Enea Bastianini acababa de subirse al cajón por primera vez desde que esta temporada promocionó a la categoría pesada. Y lo hizo tras martillear el cronómetro con un ritmo demoledor, que le llevó a rebajar el récord absoluto del circuito Marco Simoncelli en tres vueltas consecutivas.

La tercera posición de la Bestia, combinada con el incontestable triunfo de Pecco Bagnaia, certificaron el buen momento que atraviesa Ducati, que con su Desmosedici dispone del prototipo más envidiado de la parrilla. Y no solo porque la moto tenga un potencial descomunal y haya logrado mitigar los puntos débiles de las últimas versiones. Sino porque, además, es letal en manos de casi cualquier corredor que la conduzca.

​Los números no engañan, y mucho menos si se combinan. Bastianini se convirtió en Misano en el quinto piloto distinto de la marca de Borgo Panigale que se sube al podio en este 2021. Ducati ha ganado carreras con tres individuos distintos (Bagnaia, Jack Miller y Jorge Martín), en circuitos favorables (Red Bull Ring) y en otros que, sobre el papel, no deberían serlo tanto (Jerez o Le Mans). El contraste con las demás fábricas es enorme, sobre todo en el caso de Yamaha y Honda, cuya pegada está mucho más concentrada. La única apuesta de la primera es Fabio Quartararo, y la segunda vive colgada de Marc Márquez, el único capaz de medio maquillar un año para olvidar. 

Por si te lo perdiste:

Márquez ganó en Sachsenring y a punto estuvo de repetir en Aragón. Esas son las dos únicas ocasiones en las que una RC213V ha terminado un gran premio entre las tres primeras posiciones. De los 12 podios que suma Yamaha, el 75% (nueve) llevan la firma de Quartararo, el líder de la tabla general. En Ducati, esa estadística está mucho más atomizada. Del total de 17 podios, seis corresponden a Bagnaia (35%), cuatro a Zarco (23,5%), tres a Miller y Martín (17,6 cada uno), más el de Bastianini (5,8%).

El Diablo, por su parte, aglutina cinco de los seis triunfos del constructor de Iwata, mientras que el otro lo logró en Qatar Maverick Viñales, que ni siquiera sigue en nómina –viste los colores de Aprilia–. El único de los cuatro pilotos que conducen una M1 que aún no ha conseguido encaramarse al cajón es Valentino Rossi, quien, curiosamente, es hermano del titular de la única Desmosedici que tampoco lo ha conseguido: Luca Marini.

“Las Ducati están cinco pasos por delante”, comentó Alex Rins, este domingo, justo después de rodar por el suelo mientras intentaba atar en corto a Bastianini, que le pasó como un obús a pesar de contar con una moto de 2019. “La Ducati trabaja bien con pilotos que tienen distintos estilos de pilotaje, y también con un novato como Martín. Es impactante lo rápidos que pueden ir todos”, coincidía Pol Espargaró, alucinado con el poderío de las balas de Bolonia. 

Al otro lado del teléfono atiende Gigi Dall’Igna, director general de Ducati y padre de la generación actual de Ducati. Él es el impulsor de esa política tan coral que explica la versatilidad de la Desmosedici. “Siempre hemos dedicado mucha atención a todos los pilotos que tenemos, también a los de los equipos satélite, y eso nos ha dado una imagen muy amplia de los problemas que tenía y tiene la moto”, cuenta el ingeniero italiano a Motorsport.com.

“Todas las mejoras de la moto en sus distintas áreas también beneficiarían al teórico líder, en caso de que lo hubiese, por clasificación”, añade Dall’Igna, que el domingo brindó por el podio de Bastianini, igual que lo ha hecho antes con los éxitos de Pramac.

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Sobre esa polivalencia de la última Desmosedici ya hacía referencia hace un año Paolo Ciabatti, director deportivo del fabricante, en una charla con Motorsport.com: “A nosotros nos da igual quién gane siempre que lo haga una Ducati. Al fin y al cabo, el apoyo a Pramac es prácticamente idéntico al que recibe el equipo oficial”. 

Las dudas que pudo generar la renovación generacional que llevó a cabo la casa de Bolonia al prescindir de Dovizioso y Danilo Petrucci para apostar por la juventud y la frescura ha terminado por dar la razón a los impulsores de la idea. Y eso que el riesgo existía y era alto. “Cuando haces un cambio tan importante, alguna duda siempre tienes. Pero el futuro iba en esa dirección, como ha quedado demostrado. Y ha quedado claro que los pilotos jóvenes son capaces de adaptarse muy rápido”, argumenta Ciabatti.

Bagnaia es a día de hoy la baza de Ducati con más opciones de inquietar a Quartararo, que dispone de 48 puntos a su favor cuando hay 100 en juego. El perfil del turinés no tiene nada que ver con el de Dovizioso, el último líder de la compañía, subcampeón en tres ocasiones (2017-2018-2019), un tipo de 35 años con una mochila cargada de experiencia hasta los topes. Ese bagaje y su convicción también le llevó a chocar habitualmente con Dall’Igna. “De todas formas”, argumenta alguien que sale del taller de Ducati, “todas esas exigencias de Dovizioso a lo largo de los últimos tiempos también tienen una gran influencia en la competitividad de la moto actual. Andrea se quejó mucho de la falta de giro, y ahora eso es algo que se ha mejorado claramente”. 

Los roces entre el #04 y Dall’Igna, y que en muchos casos derivaron en enfrentamientos, contrastan con la paz que impera en estos momentos en el taller oficial, donde Miller y Bagnaia se piropean mutuamente y eluden discernir quién de los dos tiene más peso. “Es verdad que, por muchas razones, el cambio generacional de los pilotos ha tenido una influencia en el box. Después de muchos años de un piloto que marcaba la línea, hay situaciones que se enquistan un poco”, ahonda Ciabatti.

“La llegada de Pecco y Jack ha sido una bocanada de aire fresco. Además, estamos hablando de dos personas que están muy agradecidas a quien les ha dado la oportunidad de firmar por una estructura oficial. En el caso de Dovi, por todo lo que llegó a conseguir, creía que era Ducati quien estaba en deuda con él”, remacha el ejecutivo.

(Haz click en este enlace o en la imagen para ver todas las victorias de Ducati en MotoGP)

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